En Estados Unidos, el Capitolio ha vuelto a recuperar la actividad después del ataque de ayer, en el que murió un policía. A diferencia de lo que ocurrió el 6 de enero, en esta ocasión, fue un único asaltante, que acabó abatido.
La jefa interina de la Policía del Capitolio de Estados Unidos, Yogananda Pittman, informaba este viernes de la muerte de uno de los agentes que fue embestido por un vehículo en uno de los puestos de control de acceso a la sede del Congreso.
El sospechoso salió del vehículo tras el impacto con la barrera blandiendo un cuchillo, momento en el que los agentes dispararon contra él, confirmaba Pittman.
"Salió del vehículo con un cuchillo en la mano. Nuestros oficiales se enfrentaron al sospechoso. No respondió a nuestras órdenes. Comenzó a arremeter contra los oficiales de la Policía del Capitolio, momento en el que dispararon contra él", ha explicado.
Los dos policías heridos, uno de ellos por arma blanca, fueron llevados de inmediato al hospital. El asaltante, que se encontraba consciente tras ser disparado, falleció también cuando fue trasladado.
"Este ha sido un momento extremadamente difícil para la Policía del Capitolio de Estados Unidos, después de los eventos del 6 de enero", ha expresado Pittman.
Se trata del segundo policía del Capitolio que fallece en los últimos meses, después de la muerte del oficial Brian Sicknick, días después del asalto al Capitolio el 6 de enero por las heridas sufridas cuando estaba de servicio.
Por su parte, el jefe interino del Departamento de Policía Metropolitana de Washington, Robert Contee, ha descartado por el momento de que se trata de un atentando "terrorista".
Tras el suceso el Capitolio fue cerrado y se desplegó un amplio dispositivo de seguridad en las inmediaciones del edificio, cuyas calles de alrededor han sido cortados al tráfico. La Guardia Nacional estadounidense puso a disposición de las autoridades locales a unos 2.300 de sus efectivos.
Con motivo de las vacaciones de primavera, la gran parte de los congresistas estadounidenses no se encontraban dentro de las instalaciones.
Descartado en principio el móvil terrorista, la policía ha identificado al responsable como Noah Green, de 25 años. Se sabe que tenía problemas mentales y con las drogas, y que, tras quedarse en paro, había denunciado en las redes sociales que el gobierno y la CIA lo vigilaban.
El presidente Joe Biden ha reconocido estar devastado y ha ordenado que la bandera de la Casa Blanca ondee a media asta. Una caravana de coches de policía ha recorrido en centro de Washington en memoria del agente, que, como el compañero fallecido a raíz del asalto del seis de enero, también ha caído defendiendo el Capitolio.