El multimillonario ruso Alexander Subbotin ha muerto a los 43 años, tras inyectarse veneno de sapo en casa de un chamán, en Moscú. Subbotin era exdirectivo de Lukoil, la mayor petrolera de Rusia. Su muerte se suma a la de otros oligarcas rusos, hasta seis, que han muerto en extrañan circunstancias desde que comenzó la rusa de invasión de Ucrania hace 75 días.
Al parecer Subbotin habría buscando ayuda de chamanes, para curar la resaca. Fue entonces cuando decidió someterse a uno de los rituales exotérico, por el que le inyectaron veneno de sapo. Instantes después, el empresario ruso sufrió un ataque al corazón. No fue en ese momento en el que murió. Los chamanes le dieron un tranquilizante hecho a base de valeriana y Subbotin se calmó. Pero, a la mañana siguiente, fue encontrado muerto.
Aunque todo apunta a que la causa de la muerte pudo ser un paro cardiaco, versión que corroboran los informes oficiales de Rusia, su fallecimiento se suma a las especulaciones sobre si esta no sería accidental y podría tratarse de una asesinato en cubierto por parte de miembros del Kremlin, por causas económicas o como respuesta a su posición contraria a las maniobras militares de Rusia en Ucrania, según DailyMail.
En los últimos meses, seis oligarcas rusos relacionados con el sector gasista o la banca han muerto coincidiendo más o menos con la invasión de Ucrania, lo cual ha levantado las sospechas de los investigadores internacionales.
Cuatro de las extrañas muertes han tenido lugar en suelo ruso, pero otras dos fueron descubiertas en España y el Reino Unido. Los motivos que hay detrás de estas muertes no dejan nada claro y engordan las sospechas de que, quizás, no se trata de algo natural ni tampoco de mera coincidencia.