El coronavirus se propaga por China al tiempo en que se extiende por cada rincón del país el pánico al contagio. Wuhan es el epicentro de una epidemia que se ha cobrado ya más de 40 víctimas mortales mientras más de ocho centenares de personas permanecen enfermas por el virus. Con el país multiplicando sus esfuerzos por evitar la infección y atajar el problema, más de 40 millones de personas están confinadas a través de la cuarentena a más de 13 ciudades. “Estamos atrapados”, denuncian, a la espera de soluciones.
En este contexto, aterrorizadas, son muchas las familias que intentan alejarse del foco de la epidemia en aquellos lugares donde sí tienen habilitado el transporte. En el aeropuerto de Nanjing, China, al miedo se unió además la cuestionable actitud de unos padres que, tal como informa Daily Mail, –y como han denunciado algunos pasajeros en las redes sociales–, decidieron dejar atrás a sus dos hijos cuando al ir a coger un vuelo les impidieron subir al aeroplano porque uno de los niños tenía síntomas asociados al coronavirus. Concretamente, por tener 38,5 de fiebre, según un pasajero, testigo de los hechos.
Al parecer, en un primer momento los padres comenzaron a protestar contra los encargados del embarque, denunciando la situación. De hecho, según los testigos, los progenitores llegaron a bloquear la puerta de embarque, provocando una discusión que lo paralizó todo durante dos horas.
Finalmente, los padres pudieron embarcar, dejando a sus hijos atrás, sentados en el aeropuerto, ante la mirada atónita de los testigos.
Fue instantes más tarde cuando la compañía decidió permitir a los niños subir al avión emplazándoles en la parte delantera, una decisión que, no obstante, enfadó a algunos pasajeros, que no querían viajar con un niño enfermo en el mismo avión por temor a que se tratase, efectivamente, del coronavirus…
El resultado, finalmente, es que con 3 horas de retraso en el vuelo, que partía rumbo a Changsha, todos subieron al MF8040 de Xiamen Airlines.