Un individuo de origen alemán, de 38 años, violó este jueves los protocolos de seguridad y subió a la pirámide Castillo de Chichén Itzá, zona arqueológica protegida del estado mexicano de Yucatán. Tras llegar a lo alto de la pirámide, el individuo se adentró en la cámara para esconderse y así burlar a la seguridad del sitio.
El hombre inició su subida justo cuando se registraba el descenso de la Serpiente Emplumada con siete triángulos Isósceles, a las 16:58 hora local (22:58 GMT), en el equinoccio de primavera.
“Se escapó de nuestras manos, a pesar de que estamos vigilando en la zona Oeste del Castillo, pasó corriendo, se ve que tiene buena condición física”, explicó un guardia que declinó identificarse, mientras la multitud molesta agredía física y verbalmente al joven.
Los vigilantes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo bajaron por el lado este, que está frente al Templo de las Mil Columnas para evitar conflictos con los más de 9.000 turistas nacionales, locales e internacionales que acudieron a Chichén Itzá para disfrutar el descenso de Kukulcán este día del equinoccio de primavera.
Sin embargo, la multitud enardecida lo golpeó, insultó y exigía “sacrificio” llegando a pedir que su acción se pagara con un castigo de cárcel, provocando una gresca, incluso se fueron contra agentes de la Guardia Nacional y del INAH que lo bajaron y trasladaron a otro lado para evitar el linchamiento.
El alemán, que ha sido el primer en subir al Kukulcán este 2025, recibió un golpe severo en la frente, que lo dejó ensangrentado, señalaron testigos a la agencia EFE.
El INAH prohibió desde enero de 2006 que los visitantes a la ciudad precolombina subieran al Castillo y otros edificios para protegerlos.
En los últimos años, tres personan han subido al Castillo a quienes les impusieron una multa, por alterar el orden público y posibles daños patrimoniales.
Este jueves, miles de personas se congregaron en Chichén Itzá para presenciar, con motivo del equinoccio de primavera, el descenso de Kukulkán: un fenómeno arqueo astronómico que ocurre dos veces al año y que convierte a la pirámide de El Castillo en un espectáculo de luz y sombra.
Durante el atardecer, la proyección solar forma entre cinco y nueve triángulos isósceles de luz sobre la escalinata norte, creando la ilusión del descenso de una serpiente, en alusión a la deidad maya Kukulkán.
Este efecto visual servía como calendario natura para orientar a los mayas en los ciclos agrícolas.
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