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Los hackers norcoreanos han demostrado su capacidad ofensiva perpetrando hace tres semanas el mayor ataque a una plataforma de compraventa de criptomonedas. Se llevaron un botín de más de 1.500 millones de euros en activos digitales. No es un caso aislado, sino el modo de trabajar de la dictadura de Kim Jong Un.
Parece irónico que Corea del Norte, un país sin libre acceso a internet y con unas webs oficiales tan anacrónicas, acabe de liderar el mayor robo de criptomonedas de la historia: un botín de 1.500 millones de euros. No es algo fortuito, ya que el cibercrimen es una política de estado.
"Son robos históricos, estamos hablando del 60% de los robos de criptomonedas que se producen provienen de Corea del Norte", explica Rafael Martín, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Camilo José Cela.
Con el dinero robado logran esquivar las sanciones impuestas por su programa nuclear. "A raíz de las sanciones, desde el año 2006 ha venido utilizando el cibercrimen para financiar su programa de misiles balísticos y el estilo de vida de la familia Kim", señala Ramón Pacheco, catedrático en Relaciones Internacionales y experto en Asia King's College London.
La dinastía Kim comenzó a formar a su ejército de hackers hace ya casi dos décadas. Operan desde Corea del Norte, pero también desde China, Rusia o el sudeste asiático. "Están muy bien formados y tienen muchos contactos internacionales", añade Pacheco.
Contactos con los que lavan dinero robado, muchas veces a otros delincuentes que no denuncian. "Lo que sí se sabe es que representa el 6% del PIB de Corea del Norte y representa la mitad de la divisa extranjera que ellos recaudan", indica Rafael Martín.
Ciberatracos que aumentan cada año gracias a la falta de regulación internacional en el mercado de las criptomonedas.
Según Naciones Unidas, Corea del Norte ha robado unos 3.000 millones de dólares en criptomonedas en los últimos siete años y animan a los estados a que consideren la ciberdelincuencia como una amenaza tan grave como cualquier otra contra nuestra seguridad nacional.
No siempre buscan dinero, su primer gran golpe fue el ciberataque a Sony por representar el asesinato de Kim Jong Un en la película 'La entrevista'.
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