El Ayuntamiento de Roma mantiene su batida contra las cajas de llaves de los apartamentos turísticos, que están colgadas por todo el centro histórico de la capital italiana. La Policía, armada con cizallas, ha cortado los dispositivos que muchos propietarios dejan por todas partes para que sus inquilinos accedan a los pisos. "Este es el turismo que no queremos", dice a cámara el concejal romano.
El concejal de Turismo de Roma, Alessandro Onorato había anunciado la iniciativa que comenzó el pasado miércoles contra los abusivos que usaban los espacios públicos para facilitar las llaves de los pisos turísticos a los huéspedes y junto a la Policía romana ha participado en una operación para arrancar las cajas de llaves
"Este es solo un inicio y terminaremos una vez que el decoro y la legalidad triunfen", ha prometido Onorato en sus redes sociales. Las amenazan no nos paran".
La operación ha comenzado calle a calle y consiste en retirar las cajas de seguridad en las que muchos gestores de los apartamentos turísticos dejan las llaves para permitir la entrada a sus huéspedes y que han proliferado enormemente en el centro de la ciudad en los últimos tiempos.
Las cajitas no solo pueden verse en las puertas y portales de los edificios romanos, pero también colgando de las señales de la calle o en las farolas, en las vallas y otro mobiliario urbano.
El concejal romano ha colgado un vídeo en el que aparece junto a varios agentes de la Policía municipal, que con cizallas quitan estas ‘keybox’ en el barrio de Monti, uno de los más pintorescos del centro histórico, junto al Coliseo. El Ayuntamiento ha habilitado un correo electrónico en el que los vecinos pueden denunciar la presencia de cajas de llaves.
"Confiamos en que, manteniendo alta la atención e implicando a la ciudadanía de forma constante, los dueños de estas instalaciones comprendan que este juego ha durado demasiado", ha asegurado.
Este fenómeno también ha preocupado a otras ciudades típicamente turísticas de Italia, debido también al impacto visual que causan, como es el caso de Florencia (norte), que recientemente ha anunciado que las prohibirá por «motivos de seguridad y estéticos".
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