El actual presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, ha ganado las elecciones presidenciales de este domingo con un 86,82% de los votos, según los resultados preliminares publicados por la Comisión Electoral Central (CEC) del país.

El organismo ha indicado que con estos resultados Lukashenko es reelegido como presidente de Bielorrusia, superando al siguiente aspirante más votado, el líder comunista Sergei Sirankov, ha logrado el 3,21% de los votos. El tercer partido más votado ha sido Partido Liberal Democrático y presente en las listas de sanciones occidentales, Oleg Gaidukevich, ha obtenido el 2,02% de los votos.

Entre los otros candidatos, se encuentra la diputada independiente Anna Kanopatskaya, quien no ha superado el 2% de los votos, mientras que el 3,6% de los votantes se ha decantado por la opción "en contra de todas las candidaturas". La tasa de participación en las urnas ha alcanzado el 85,70%.

La conferencia de prensa de la CEC sobre los resultados preliminares de los comicios presidenciales se celebrará este lunes, 27 de enero, a las 11.00 horas (hora local, 13.00 hora peninsular española) en el centro de información del organismo.

Por regiones, la participación más alta ha sido la de Moguiliov (92,64 por ciento), seguida de Gomel (91,54 por ciento), Brest (90,56 por ciento), Grodno (89,28 por ciento), Región de Minsk (86,71 por ciento), Vitebsk (86,39 por ciento) y cierra la ciudad de Minsk (69,72 por ciento), recoge la agencia de noticias BelTA.

La Alta Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Kaja Kallas, ha asegurado que "las elecciones simuladas" durante la jornada en Bielorrusia "no han sido ni libres ni justas". "El pueblo bielorruso merece tener voz y voto en la elección de quién gobierna su país", ha declarado.

En este contexto, ha destacado que cable y sin precedentes de los Derechos Humanos, las restricciones a la participación política y el acceso a los medios de comunicación independientes han privado de toda legitimidad al proceso electoral".

De hecho, Kallas ha asegurado que "la decisión del régimen" de invitar a la oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) "solo diez días antes de las elecciones impidió a este organismo independiente acceder a las fases clave del proceso". Con ello, la alta representante ha aclarado que es otra situación más que afirma la grave ausencia de credibilidad en el proceso electoral: "Esta es otra prueba más de la total falta de credibilidad de estas elecciones".

Por último, ha remarcado que "la democracia exige elecciones libres, justas y transparentes, que se celebren en una sociedad en la que prevalezcan los Derechos Humanos, sin restricciones a la libertad de reunión o de expresión y en la que puedan operar libremente medios de comunicación pluralistas". "No es el caso de Bielorrusia", ha aseverado.

A su vez, Kallas ha aclarado que el objetivo y la finalidad de la UE es unirse a la lucha del pueblo bielorruso por conseguir "una Bielorrusia libre, democrática, soberana e independiente".

Los votantes han acudido a las urnas en un contexto sociopolítico muy complejo y con un país bajo un régimen de sanciones como nunca antes en su historia. Antes de las ya restricciones impuestas por su supuesto apoyo a la Rusia de Vladimir Puitin durante la guerra, Bielorrusia ya arrastraba otras tantas por la represión de las protestas contra el cuestionado triunfo de Lukashenko en 2020.

Aquellos comicios de agosto de 2020 derivaron en una de las peores olas represivas de las autoridades bielorrusas de los últimos años y condujo a una crisis nunca antes vista con Occidente. Las sanciones pusieron fin a décadas de relaciones comerciales, culturales y humanitarias que habían mantenido el siempre difícil equilibrio con la considerada como la "última dictadura de Europa".

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