El viento sigue avivando un fuego que ha arrasado ya buena parte del condado de Los Ángeles. Las imágenes aéreas muestran la magnitud de esta catástrofe ambiental y humana. Kilómetros y kilómetros de casas de las que no queda nada. Solo algunas de ellas, muy pocas, han podido salvarse gracias a que han sido construidas con materiales ignífugos.

No es casualidad que solo una vivienda haya quedado intacta entre cientos de casas destruidas por el fuego en el vecindario de Palisades.

Sus propietarios aseguran que “éramos muy conscientes de que en algún momento se podía producir un incendio grave cerca” y se habían preparado para ello.

Michael, arquitecto, escogió cuidadosamente los materiales de construcción ignífugos, fibrocemento para revestir la fachada. Este es un componente reciclado y extremadamente resistente al fuego.

En el tejado puso plantas y rocas volcánicas: “Si las plantas se queman tenemos esa capa protectora sobre la cubierta”. Y en la chimenea un sistema de bocas rociantes de retardante contra el fuego.

“Lo activamos cuando supimos que la casa definitivamente iba a quedar envuelta en llamas”

A distancia, pero a través de las cámaras, él y su mujer Karina, veían con pavor cómo el fuego se acercaba a vivienda. También cómo las ascuas acechaban la fachada sin que prendiera. Dicen que están contentos, pero no hay mucho que celebrar entre tantos vecinos que lo han perdido todo. 

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