Estados Unidos está considerando una legislación para prohibir o restringir los teléfonos móviles en las escuelas, parte de un esfuerzo por eliminar las distracciones en el aula para los estudiantes a medida que aumentan las preocupaciones sobre su salud mental.

La semana pasada, los legisladores de numerosos estados como Alabama, Maryland y New Hampshire anunciaron proyectos de ley para restringir el uso de teléfonos durante el horario escolar. Estos tres, se unen a los legisladores de otros 11 estados que han presentado proyectos de ley para tomar la misma medida, según el grupo de investigación de políticas de salud KFF.

“Las pantallas están afectando negativamente nuestros entornos de aprendizaje, desviando la atención de los estudiantes de sus clases y convirtiéndose en una barrera para que los maestros hagan su trabajo. Ya no más”, dijo la gobernadora de New Hampshire, Kelly Ayotte, en su discurso inaugural la semana pasada, anunciando su apoyo a dicha legislación. En Alabama, la legislación propuesta sugiere multar a los estudiantes que violen la política.

Si esos estados promulgaran la nueva legislación, se unirían a otros ocho (California, Florida, Indiana, Luisiana, Minnesota, Ohio, Carolina del Sur y Virginia) que ya han prohibido los teléfonos móviles en las escuelas públicas.

Esta medida llega junto a una ola de investigaciones sugiere que los adolescentes están usando sus teléfonos para consumir agresivamente las redes sociales, algo que, según los estudios, está vinculado con la ansiedad, la depresión, la insatisfacción corporal y los trastornos alimentarios.

Un estudio de Gallup de 2023 descubrió que el 51% de los adolescentes estadounidenses usaban las redes sociales al menos cuatro horas al día. Los legisladores de algunos estados han ido incluso más allá y han propuesto prohibir el uso de las redes sociales a los niños menores de 16 años, como hizo Australia el año pasado .

Los defensores de las restricciones al uso de teléfonos en las aulas dicen que ayudarán a los estudiantes a concentrarse durante la clase. Sin embargo, muchos padres dicen que el acceso a los teléfonos es un problema de seguridad pública. “Si algo pasara en la escuela, mi hijo debería poder tener su teléfono celular para poder pedir ayuda, para poder llamarme”, dijo una madre en el estado de Colorado.

Mary Alvord, psicóloga que trabaja con adolescentes como médica clínica y con la Asociación Psicológica Estadounidense en la elaboración de recomendaciones para un uso saludable de la tecnología, dijo que las prohibiciones crean nuevos problemas disciplinarios e ignoran la omnipresencia de la tecnología, como el acceso de los estudiantes a las computadoras portátiles en el aula.

Enseñar a los adolescentes a tener una relación saludable con la tecnología y las redes sociales es el objetivo, argumentó, no simplemente mantenerlos alejados de los dispositivos móviles hasta que suene el timbre de la escuela.  

Aunque la profesional admite que estas prohibiciones pueden reducir el acoso y ayudar a los estudiantes a concentrarse en mantenerse alejados de sus teléfonos durante las clases, Alvord dijo que es más importante y útil que los adolescentes aprendan a usar sus teléfonos de manera responsable.

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