Los trágicos incendios de Los Ángeles, California, que ya se han cobrado la víctima de 10 personas, se han convertido en combustible político en Estados Unidos. El presidente electo, Donald Trump, que toma posesión este 20 de enero, ha criticado duramente las políticas de gestión del gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, al que culpa de la devastación causada por las llamas.

El magnate republicano arremete directamente contra el que fue su adversario político y asegura que sus acciones medioambientales han provocado este desastre. En medio del drama, Trump califica a Newsom directamente de “escoria” a través de su red social, señalándole por lo ocurrido.

“Los Ángeles no tienen agua porque están tratando de proteger a un pez diminuto, el eperlano”, ha señalado.

Desde la oficina del gobernador, por su parte, contestan: “Considerar que lo que está ocurriendo es fruto de la política de protección de los ríos es pura ficción”.

Los incendios se han desarrollado en el segundo invierno más seco de la historia reciente de Los Ángeles y con fortísimas rachas de los vientos de Santa Ana. Los demócratas intentan eludir la bronca política con un presidente, Joe Biden, ya de salida. Sin embargo, ni Trump ni su mano derecha, Elon Trusk, se lo están poniendo nada fácil, inundando las redes de mensajes contrarios a las políticas medioambientales, en los que se muestra el agua que, ‘el régimen izquierdista de California’, –según dicen–, devuelve al océano en vez de utilizarla para apagar los incendios, así como publicitando el sistema de comunicaciones de Musk o su red social como únicas fuentes fiables, –aseguran–.

Mientras tanto, las fuertes rachas de viento siguen jugando en contra de los incendios, con cinco focos activos que siguen atemorizando a la ciudadanía.

El último incendio se ha registrado en Kenneth, en la ciudad de Calabasas; un fuego que crece muy rápido.

“Es difícil de explicar. Hace dos o tres días era hermoso, agradable”, cuenta Bilal Tukhi, un guardia de seguridad privado que hoy contempla con desaparición cómo han quedado las calles de lo que antes era Palisades.

“No había oxígeno, no podía respirar”, cuenta otro hombre, explicando junto a su pareja cómo escaparon del fuego después de que arrase su casa.

Como ellos, otras 180.000 personas han sido evacuadas y se encuentran en refugios. El Gobierno federal ha anunciado que se hará cargo del 100% de los gastos en los próximos 180 días.

“No escatimen en gastos para hacer lo que tengan que hacer y contener estos incendios en sus comunidades”, ha dicho Joe Biden.

En este escenario, y aunque tres días después, el Ejército ya está en el terreno y se ha unido a los bomberos en las labores de extinción.

El fuego, que ha engullido también decenas de viviendas de lujo y ha sobrecogido también a Hollywood, ya ha arrasado más de 12.000 hectáreas impulsado por fortísimas rachas de viento y solo el de Palisades es uno de los mayores desastres naturales en la historia de Los Ángeles.

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