Simulacros de emergencia en colegios: ¿Qué dice la normativa?
Estos ejercicios se realizan para saber cómo reaccionar ante cualquier situación de peligro que pueda suceder en el centro escolar
Los simulacros de evacuación preparan tanto a los alumnos como al personal escolar para que puedan reaccionar con calma en una situación de emergencia
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En un colegio, pueden surgir cualquier tipo de emergencias. Desde desastres naturales, incendios o, también, amenazas externas o accidentes individuales. Debido a esto, se requiere de una planificación en los centros educativos para saber cómo actuar. Para ello, es necesario que los alumnos estén preparados, por lo que se suelen realizar simulacros para que puedan estar listos ante cualquier emergencia.
Los simulacros de emergencia son una herramienta esencial para poder actuar con rapidez y eficacia ante cualquier imprevisto. Estos ejercicios no solo enseñan a los alumnos a cómo actuar en el centro escolar, sino que también los instruyen para que sepan cómo enfrentar una situación como un terremoto o un incendio en cualquier otro lugar.
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¿Qué normativa regula los simulacros de emergencia?
En nuestro país, los simulacros de emergencia están regulados por el Real Decreto 393/2007. Éste establece la Norma Básica de Autoprotección. Este marco legal obliga a los centros educativos a tener un Plan de Autoprotección. Este es un documento que identifica los riesgos potenciales y también, define qué medidas de prevención y actuación son necesarias para proteger la integridad de los estudiantes y también las instalaciones en caso de emergencia.
Esta normativa también exige que todos los centros realicen al menos un simulacro de evacuación anual. Lo ideal sería que este simulacro se realizase durante el primer trimestre del curso.
Dicho simulacro ha de involucrar a toda la comunidad escolar, desde los alumnos hasta todo el personal docente y administrativo. De esta forma, se puede evaluar de mejor manera la eficacia del plan diseñado.
Objetivos de los simulacros en los colegios
Los simulacros de emergencia van más allá de la evacuación en sí misma, sus objetivos son, en primer lugar, enseñar a los alumnos cómo actuar ante una emergencia, estos ejercicios les permiten familiarizarse con las rutas de evacuación y también, con los procedimientos de seguridad.
Además, hacer simulacros anuales hace que se pueda evaluar la eficacia del Plan de Autoprotección creado por el centro escolar, ya que estos ejercicios pueden hacer que se identifiquen fallos en los procedimientos, si hay recursos que faltan y también, de qué necesidades adicionales se precisan.
Por otro lado, fomentan una respuesta organizada tan importante en situaciones de peligro. Cuando los alumnos saben perfectamente qué es lo que tienen que hacer, se puede reducir el riesgo de que cunda el pánico entre los estudiantes cuando se produzca una situación real.
También tiene como objetivo sensibilizar sobre la importancia de la seguridad, tanto a los propios alumnos como a sus familias y personal del centro, ya que se vuelven más conscientes de la relevancia de la prevención.
Cómo se prepara un simulacro
La preparación de un simulacro de evacuación es un proceso bastante riguroso que se distribuye en varias fases:
Planificación
Lo primero y esencial es tener una planificación y saber cuál es el punto de partida para una emergencia. Por esto, tanto el equipo directivo como los responsables de la seguridad del centro han de revisar si las alarmas funcionan correctamente para en caso de que haya algún fallo en alguna, poder solucionarlo con tiempo. También, hay que asegurarse de que las salidas de emergencia y las rutas de evacuación están bien señalizadas, y que los extintores funcionan a la perfección.
Además, hay que formar al personal del centro sobre sus roles en caso de emergencia, ya que una correcta organización es esencial para efectuar una evacuación de los alumnos lo más rápido posible.
Por último, hay que informar a toda la comunidad escolar, también a las familias de los alumnos, sobre el simulacro y sus objetivos.
Ejecución
Durante el simulacro, se van a activar las alarmas y todos los participantes han de seguir los procedimientos que se han establecido previamente. Aquellos docentes que han sido designados como responsables, van a supervisar y evaluar cada etapa del simulacro para garantizar que se está realizando de la manera correcta y la forma más ordenada posible para evitar cualquier tipo de accidente durante la evacuación.
Evaluación
Una vez que el simulacro ha finalizado, llega el momento de analizar qué ha ido bien, y qué se puede mejorar. Realizando esta evaluación, se pueden identificar las áreas que necesiten una mejora, también poder optimizar las rutas de evacuación e incluso, ver si se requiere de más formación hacia el personal.
¿Qué beneficios tienen estos simulacros?
Con la realización de estos ejercicios, se reduce el pánico, ya que al preparar debidamente tanto a los alumnos como al personal del centro, éstos van a saber qué acciones van a tener que llevar a cabo. Gracias a esto, se consigue que puedan reaccionar con más calma ante una situación de peligro, siguiendo el paso a paso que han ensayado. Además, se crea una mayor concienciación ante la seguridad, ya que los alumnos van a aprender la importancia de estar preparados y actuar con responsabilidad y tranquilamente en una situación de emergencia.
Por otro lado, se crea una colaboración entre docentes, alumnos y personal administrativo, fortaleciendo los lazos y, también, fomentando el trabajo en equipo.
Además, un plan de evacuación bien estructurado, va a minimizar los daños que puedan sufrir tanto el edificio como el mobiliario escolar.