Estados Unidos sigue en shock por el atentado terrorista en Nueva Orleans. Este jueves se siguen conociendo numerosas historias. Y es que, entre los miles de personas que abarrotaban Bourbon Street, el lugar de la tragedia aquella noche, se encontraba Néstor Hernández, un gallego de Vigo que brindó con champán a medianoche, sin saber lo que le esperaba presenciar.

Apenas unas horas después de aquel brindis de Año Nuevo, fue testigo directo del atentado terrorista: "Nos encontrábamos en una discoteca que está justo allí. Decidimos bajar a fumar un 'pitillo' a la calle cuando pasó la camioneta. Empezó a correr la gente por todos lados. La camioneta pasó por enfrente y unos 30 o 40 metros adelante se detiene porque pierde el control, al ir pasando literalmente por encima de la gente, y chocó contra una grúa aparcada".

Las imágenes de las victimas tardarán en salir de su cabeza. Una, en concreto, es realmente dura y atroz. "Había una chica que me llamó mucho la atención. Estaba parada al lado del cadáver de su amiga y a su amiga la cabeza le había explotado", recuerda Néstor, que apenas unos segundos después del atentado perpetrado con el coche, escuchó los disparos ejecutados por Shamsud-Din Jabbar.

Desde su posición, Néstor pudo ver claramente la bandera del Estado Islámico en la parte de atrás de la furgoneta, y no se explica cómo nadie reparó antes en ella: "No sé cómo a nadie se le ocurrió llamar, porque era una bandera típica. De estas que ves en la televisión, del ISIS".

El gallego también sabe ahora que el atacante había colocado dos bombas caseras en la zona: "Si no es porque se le va la camioneta y choca contra esa grúa y pierde el detonador, podríamos haber muerto. Hemos vuelto a nacer". Inmediatamente después, la policía acordonó el lugar y Néstor pudo salir de allí. 

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