En Roma, el Papa se ha visto obligado a detener su trayecto cuando se dirigía al homenaje a la Inmaculada Concepción en la Plaza de España. Un grupo de activistas antitaurinas sorprendían a la comitiva para exigir a la Iglesia que se muestre en contra de las corridas.
La comitiva del Papa francisco avanza hacia la Plaza de España de Roma para rendir homenaje a la Inmaculada. De repente, el servicio de seguridad se percata de algo está ocurriendo. Un grupo de mujeres antitaurinas interrumpen la marcha papal. Las corridas de toros son pecado dicen las pancartas y piden al Papa que las condene.
Son activistas de la organización PETA, Personas por el Trato Ético de los Animales, que hace unos días paseó este autobús por Roma, mostrando a la Virgen abrazando a un toro moribundo.
Finalmente, el Papa pudo continuar su camino y tras una sonrisa celebrar el acto. En su rostro un visible hematoma causado por un golpe en la barbilla contra la mesilla de su habitación.
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