Entre los asuntos a debate a los que ha tenido que contestar el Gobierno de España figura la propuesta europea de crear, en otros países, centros para acoger a los inmigrantes que lleguen de forma irregular. Al Ejecutivo no le gusta la idea. La portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Pilar Alegría, ha hablado sobre esta cuestión: "España ha manifestado su posición en contra de contemplar esa creación de centros en terceros países, y, desde luego, lo que vamos a seguir defendiendo en Europa es la aplicación humanitaria y solidaria del pacto de migración y asilo", informa Noelia Tobías.
La idea apoyada por Ursula von der Leyen se basa en el modelo que ha puesto en marcha Italia, cuyo gobierno ha empezado a enviar desde este martes inmigrantes irregulares a Albania. La presidenta de la Comisión Europea plantea la posibilidad de crear centros de detención de migrantes fuera de la Unión. Tal y como informa Lluis Tovar, lo que plantea ella son centros de retornos para aquellas personas a las que ya se le haya rechazado el derecho a permanecer en Europa. Y para ello, dice, va a tomar experiencia de la vía Giorgia Meloni, con centros en Albania, centros de deportación de inmigrantes irregulares fuera del territorio comunitario.
Y aquí recae la gran cuestión, el gran tema de debate, porque esto supone un giro radical en la política migratoria de Bruselas, romper un tabú, y abrazar las posiciones más conservadoras que llevan defendiendo líderes como la propia Giorgia Meloni o Viktor Orbán, el primer ministro húngaro. Von der Leyen, además, lo ha planteado de manera solemne en una carta dirigida a los líderes de los 27 que deberán discutirlo en una cumbre esta semana. Y, como siempre, en este tema, se prevé un debate tenso.
En el puerto de Shengjin, en Albania, empieza el controvertido experimento de Giorgia Meloni que cuenta con el beneplacito a la Comisión Europea. Allí llegarán en las próximas horas los primeros migrantes irregulares enviados por Italia; seis egipcios y 10 bangladesíes que ahora mismo navegan en un buque de la marina italiana hacia ese enclave fuera de la Unión Europea. Serán recibidos en dos centros de retención con capacidad, por ahora, para 400 personas, aunque en el futuro podría albergar hasta 3.000. Algunos albaneses se pronuncian y ven el plan con buenos ojos. "Estarán aquí a cargo del Gobierno de Italia, que cubre los gastos", señala Fran Popaj, un vecino de la zona.
La idea es que los migrantes no pisen Italia mientras se procesa su petición de asilo, y su deportación, si procede, sea más ágil. El modelo, en principio, solo incluye a los varones. Sin embargo, las organizaciones humanitarias denuncian la opacidad que envuelve a estos centros. Su coste también ha despertado polémica en Italia. Cuatro veces más de gasto, según algunas fuentes, que los centros existentes en suelo italiano. Sin embargo, Bruselas apoya a Meloni y anima a los países de la unión a seguir sus pasos.
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