El huracán Helene se ha convertido en el segundo más mortífero que ha azotado el territorio continental de Estados Unidos en los últimos 50 años, tras el Katrina. Según el último balance, tras cebarse con el sureste del país, ha dejado ya 162 muertos, con el temor de que esa cifra se incremente porque hay también cientos de desaparecidos.
Extendiéndose por múltiples estados estadounidenses, a su paso ha sembrado la devastación, dejando más de dos millones de personas sin electricidad, con numerosos inmuebles, casas y negocios destrozados.
Los fallecidos se han registrado en seis estados, siendo los más afectados Carolina del Norte, con 73 muertos; y Carolina del Sur, con 36. Además, hay 25 víctimas mortales en Georgia, 17 en Florida, nueve en Tennessee y dos en Virginia, según el último balance del que se hace eco la televisión estadounidense CNN.
Con esas cifras, ‘Helene’ ya se sitúa tras el Katrina, que mató a 1.833 personas en 2005, entre los peores que han sacudido al país en los últimos 50 años.
La intensidad del fenómeno ha sido tal que en apenas 48 horas amplias zonas del sureste de Estados Unidos quedaron irreconocibles, azotadas por las fortísimas rachas de viento e inundaciones dejadas por el huracán.
Helene dejó múltiples comunidades aisladas cuando el agua arrasó cientos de carreteras, edificios, viviendas y vehículos. En esas circunstancias, millones de personas también se quedaron sin electricidad ni acceso al agua en al menos seis estados.
“Comunidades fueron borradas del mapa”, lamentaba el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, lamentando el impacto del huracán Helene y los daños provocados.
Ahora, cinco días después de que Helene tocará tierra, los equipos de emergencia continúan trabajando incansablemente para seguir rescatando a personas que continúan atrapadas y buscar a quienes aún permanecen desaparecidos.
Además, los trabajos para reparar los daños y reactivar los servicios que han quedado interrumpidos por la inclemencia del temporal también prosiguen sin que los operarios puedan dar abasto.
Dando cuenta de ello, desde el servicio de Gestión de Emergencias de la Ciudad de Nueva York compartían a través de las redes parte de esas tareas que están realizando “en medio de la devastación causada por el huracán Helene”.
Los efectivos, han señalado, “avanzan vadeando las aguas de las inundaciones, trepando entre los escombros y quitando árboles caídos para llegar a quienes están atrapados y atemorizados”, señalan en un mensaje, en el que sostienen que “cada carretera despejada es un camino hacia la seguridad” y que cada persona y cada casa a la que pueden ayudar o revisar es una “medida de esperanza”.
Ante la desolación, tanto en este como en el resto de los estados golpeados por el temporal insisten en el trabajo incesante para ayudar a los afectados.
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