El partido ultranacionalista FPÖ consiguió este domingo una victoria histórica en las elecciones legislativas de Austria, en las que más del 29 % de los electores les dio su voto. Gran parte de este éxito se debe al líder ultraderechista, Herbert Kickl. Informan David Cacho y Lluís Tovar.
El FPÖ fue fundado por antiguos nazis tras la II Guerra Mundial y se presenta como una formación de patriotas que rechaza la inmigración y dice defender las tradiciones y la identidad germana del país bajo el lema de ‘Austria primero’ y con un llamamiento a la “homogeneidad” de la sociedad.
Si bien es cierto que es la primera vez que son la fuerza más votada en Austria, no lo es menos que ya habían entrado en el gobierno en tres ocasiones.
El triunfo de la ultraderecha austriaca también se ve como una ola expansiva tras el triunfo de estas formaciones ultra en países como Italia, Hungría o Países Bajos donde el populismo de derechas ya gobierna con primeros ministros de esta ideología.
En el caso de Austria, Herbert Kickl, atrae a partidarios de endurecer la política migratoria, pero también a desencantados con los partidos y medios de comunicación tradicionales, opositores a las medidas sanitarias y la vacunación durante la pandemia.
Los seguidores del FPÖ son, en general, más bien temerosos del futuro y nostálgicos con el pasado. La formación ultra ha recuperado términos del nazismo, como ‘Volkskanzler’ (canciller del pueblo), un término que usaba el propio dictador nazi Adolf Hitler, y ahora usado para plantear que Kickl sería el líder legítimo del país incluso si no reúne los apoyos parlamentarios para ser primer ministro.
Su gran referente ahora mismo dentro de la Unión Europea es el primer ministro húngaro Viktor Orban, que es la gran piedra en el zapato de Bruselas
Kickl explota la inseguridad y el descontento de diferentes sectores ante la crisis económica o la guerra en Ucrania, para presentarse como defensor de la libertad frente a unas supuestas élites que -en su relato- quieren imponer un pensamiento único y controlar a la ciudadanía.
Esa incertidumbre sirve al FPÖ para desacreditar a partidos dominantes y promover el odio hacia minorías, sobre todo musulmanes, extranjeros, solicitantes de asilo y personas LGBTQI+. El FPÖ se postula además como defensor de la paz en Ucrania, acusando a la UE de fomentar la guerra sin incidir en que ésta fue causada por la invasión rusa.
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