Las autoridades de Taiwán ha registrado las sedes de las dos empresas, Gold Apollo y BAC Consulting KFT, que supuestamente fabricaron los dispositivos electrónicos usados en los atentados en Líbano; las oficinas de las empresas han sido registradas y el presidente de una de ellas, interrogado en el marco de las investigaciones en torno a la explosión que ha dejado una docena de muertos y miles de heridos.
Los buscapersonas, usadas como bombas fueron supuestamente fabricados por empresas taiwanesas, Gold Apollo y BAC Consulting KFT y Hsu Ching Kuang, presidente de la primera, ha tenido que responder a las preguntas de los investigadores.
Los registros han estado realizados por la Fiscalía del distrito de Shilin y los investigadores se han incautado libros de cuentas, contratos, acuerdos y documentos de exportación con el objetivo de esclarecer el procedimiento de fabricación y exportación de estos objetos, según ha informado la agencia estatal taiwanesa de noticias, CNA.
La investigación abierta en Taiwán ha revelado hasta la fecha que la oficina de BAC en la isla está registrada bajo el nombre de Apollo Systems Ltd., con un capital cercano a los 3.000 euros y dedicada a la venta de materiales electrónicos y de comunicaciones.
El Ministerio de Asuntos Económicos de Taiwán destacó el miércoles que no había registros de que Gold Apollo hubiera exportado productos a Líbano en los últimos años , antes de agregar que los fabrica en Taiwán y los exporta principalmente a Europa y América del Norte.
La empresa taiwanesa afirmó el miércoles que los 'buscas' fueron fabricados por BAC Consulting KFT, con sede en la capital de Hungría, Budapest, y detalló que el acuerdo entre ambas permite a la segunda "el uso de la marca para la venta de productos en regiones designadas".
"El diseño y fabricación de los productos es responsabilidad de BAC", destacó. "En relación con el modelo AR-924 mencionado en las informaciones en medios, aclaramos que este modelo es producido y vendido por BAC", manifestó Gold Apollo.
Las explosiones habían sido atribuidas en un principio a un ataque cibernético, según confirmaron varios funcionarios estadounidenses al diario 'The New York Times' que achacaron a la Inteligencia israelí de haber logrado ocultar material explosivo dentro de un nuevo lote de unos 3.000 'buscas' importados por Líbano.
Los ataques del martes se vieron seguidos un día después por una oleada de explosiones en walkie-talkies también achacada a Israel, con un balance de víctimas total de cerca de 40 muertos y unos 3.000 heridos, según las autoridades libanesas.
El carácter indiscriminado de los ataques, que quedó palpable con explosiones en lugares ajenos al ámbito militar o con gran afluencia de gente, ha sido criticado por Naciones Unidas, cuyo secretario general, António Guterres, ha instado a no utilizar objetos civiles como armas
De hecho, el primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, ha hecho un llamamiento al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que adopte una "posición firme" en contra de la "agresión israelí" y su "guerra tecnológica", mientras que el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, ha acusado a Israel de provocar una "masacre sin precedentes" y "superar todas las 'líneas rojas'".
El repunte de los enfrentamientos entre Israel y Hezbolá --un grupo apoyado por Irán que cuenta con un importante peso militar y político en Líbano-- han hecho temer con la posibilidad de una expansión del conflicto en Oriente Próximo. En este contexto, el Ejército de Israel presentó la semana pasada a Estados Unidos sus "planes operativos" respecto a Líbano.
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