El informe del incendio de la Torre Grenfell achaca al Gobierno la responsabilidad de las muertes

Las 72 muertes ocurridas en el incendio de la Torre Grenfell en Londres en 2017 podrían haberse evitado si las autoridades estatales y las constructoras hubieran hecho bien su trabajo. Es lo que revela un informe que achaca al gobierno y la deshonestidad sistemática del sector privado, que contribuyeron a la alta cifra de fallecidos en el siniestro que afectó al edificio que acogía viviendas sociales.

El edificio de 24 plantas ardió como una antorcha el 24 de junio de 2017: en el considerado el peor siniestro ocurrido en Reino Unido desde la Segunda Guerra Mundial murieron 54 adultos y 18 niños.

El informe de 1.700 páginas publicado el miércoles recoge las conclusiones de una investigación pública que culpa a funcionariosconstructoressubcontratistas, reguladores, personal de emergencias de la tragedia, que afectó a personas pobres.

“Todos contribuyeron de un modo u otro, en la mayoría de los casos por incompetencia, pero en algunos casos por deshonestidad y codicia”, según ha explicado Martin Moore-Bick, juez retirado que dirigió la investigación.

“La verdad es que todas las muertes eran evitables, y los que vivían en la torre sufrieron un grave fallo”, afirmó Moore-Bick.

La investigación oficial recoge con todo detalle la construcción, la reforma, la gestión y supervisión del edificio destinado a viviendas públicas, el modo en que respondieron los bomberos y cómo fueron tratadas las víctimas y sus familiares en los días y semanas que siguieron al monumental incendio.

El informe apunta además a los fabricantes de las placas de revestimiento del edificio que usaron un material, mezcla de plástico y aluminio que propició que las llamas y el humo carbonizaran la torre en 30 minutos. Según el documento las empresas en “una falta sistemática de honestidad” usaron “estrategias continuas y premeditadas” para hacer creer que sus productos eran seguros, ocultando "deliberadamente” el riesgo.

También hay un apartado para el departamento responsable de la gestión y mantenimiento de las viviendas sociales del condado de Kensington y Chelsea al que se le acusa de su “persistente indiferencia a la seguridad contra incendios, y particularmente a la seguridad de las personas más vulnerables”.

Los bomberos, también aparecen en informe por su desconocimiento en momentos clave del incendio cuando ordenaron a los residentes de las plantas superiores permanecer dentro de sus pisos, condenándolos a una muerte segura. 

El primer ministro Keir Starmer pidió perdón a los familiares de los fallecidos

Este miércoles, tras hacerse público el informe, el nuevo primer ministro británico, Keir Starmer, ha pedido perdón a las víctimas del incendio, a sus familias y a los miembros de la comunidad local, algunos de los cuales se encontraban en el Parlamento para presenciar el discurso.

“El país no cumplió con su deber más fundamental, protegerles a ustedes y a sus seres queridos, las personas a las que estamos aquí para servir, y lo lamento profundamente”, dijo.

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