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La amplia mayoría obtenida por el líder laborista Keir Starmer le permitirá desarrollar su programa sin interferencias. Y uno de los frentes abiertos son las relaciones con la Unión Europea que tantas expectativas levanta entre sus votantes. La periodistas Ainhoa Paredes informa desde Londres.
El primer discurso de Starmer nos da la primera pista, ante todo cautela y también mucho realismo. Keir Starmer no quiere prometer más de lo que puede dar, pero sí es cierto que sus votantes le piden un mayor acercamiento a Europa.
Después de estos 14 años de gobiernos conservadores en los que los británicos han vivido el sobresalto del Brexit, los ciudadanos quieren calma.
El tema migratorio, tan prometido por los conservadores y los antieuropeístas ha dado al país un baño de realidad. En el último año el número de inmigrantes no ha parado de aumentar, con políticas que han quedado atascadas por la imposibilidad jurídica de aplicación.
Los laboristas saben que para luchar contra las mafias de la trata y establecer medidas de protección fronteriza necesitarán acuerdos con la Unión Europea.
Starmer ha prometido respetar el acuerdo del Brexit, votado por la mayoría de los británicos, pero todos esperan que el nuevo gobierno laborista busque una mejor colaboración con Europa.
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