Reino Unido a contracorriente en Europa. Se espera que este jueves los votantes británicos cambien el rumbo y digan adiós a los conservadores, tras tres primeros ministros en los últimos cuatro años. El candidato laborista, Keir Starmer, sobresale en las encuestas, como el favorito a tomar el mando del país. Una información del periodista Rubén Enebral.
El 12 de diciembre de 2019 fue la última vez que los británicos acudieron a votar en unas elecciones parlamentarias. En estos cuatro años y medio tres primeros ministros han vivido en Downing Street, reflejo de una época convulsa que, según todos los sondeos, precede a un cambio de ciclo en el que los laboristas aspiran incluso a conseguir su mayor victoria histórica.
David Cameron tomó los mandos del país tras el final del "Nuevo laborismo" de Tony Blair. El primer ministro condujo al país a un destino incierto con dos referéndums. El de la independencia de Escocia, que se quedó por la mínima. y el de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Tras este decidió marcharse.
Todo lo contrario que su sucesora. Theresa May, que lloró al dejar el cargo por los malos tragos que le hizo pasar su partido a costa de los acuerdos con Bruselas sobre el "Brexit".
Llegó entonces el impetuoso Boris Johnson con sus excentricidades. Y se topó con el COVID. Que primero lo llevó a la UCI y luego al descrédito político por las fiestas celebradas en Downing Street en pleno confinamiento.
Hubo apuestas sobre si Liz Truss duraría más como Primera Ministra que una lechuga en pudrirse.
Y llegó Rishi Sunak que se convirtió en el primer jefe de gobierno británico de origen indio. Sin embargo, a pesar de sus promesas no logró el milagro de frenar la caída en picado del partido conservador, ni mucho menos de frenar la inmigración.
Todo parece indicar que el próximo primer ministro será Keir Starmer, líder desde hace 2020 de la oposición y que ha ido ganando popularidad al frente del Partido Conservador:
Sunak, joven y millonario, hizo del endurecimiento de las políticas migratorias uno de sus grandes ejes de Gobierno, pero el fracaso de medidas estrella como el plan de deportaciones a Ruanda ha terminado por poner en cuestión su capacidad real de gestión.
A pesar de su desprestigio aspira a la reelección frente a Starmer, que encara por primera vez unos comicios como líder laborista. La intención de voto para el principal partido opositor se ha disparado hasta rondar el 40 % el doble que los 'tories', si bien el sistema electoral no permite convertir automáticamente estas estadísticas en escaños.
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