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El Gobierno y los cuerpos de seguridad de Perú han retirado la alerta de tsunami que habían emitido a la ciudadanía tras registrarse un terremoto de magnitud 7,2 registrado en el océano. Según se ha podido conocer, el sismo se ha producido a una profundidad de 28 kilómetros y a tan solo ocho kilómetros al oeste de la ciudad peruana de Arequipa.
El Instituto Geofísico de Perú (IGP) informaba a las autoridades que deben activar los protocolos para salvaguardar a la ciudadanía debido a la "posible" ocurrencia de un tsunami. Nada más recibir esta alerta, desde la Presidencia del Gobierno se ha emitido un comunicado a través de sus redes sociales dando aviso.
Sin embargo, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, ha concedido una entrevista a la emisora local 'RPP' en la que confirmaba que la alerta de tsunami fue desactivada. No obstante, Gustavo Adrianzén destacaba que sí se espera oleaje anómalo en las costas.
“Estoy en condiciones de advertir que lo que puede significar un tsunami a esta hora ha sido ya descartado, esto no significa por supuesto que no tengamos que ser testigos de algún oleaje anómalo, pero no va a haber un tsunami, esa es la información que hemos recibido, Así que por allí tranquilidad también a nuestras poblaciones del litoral. No va a haber tsunami”, trasmitía el presidente del Consejo de Ministros en su charla con 'RPP'.
Además, desde el Gobierno de Perú también se recordaba a la población qué debe hacer ante esta situación. Según han recordado en un mensaje en sus redes sociales, la ciudadanía debería preparar una mochila para este tipo de emergencias.
En esta mochila tan solo deberán guardar los objetos y los elementos de supervivencia más básicos: manta, abrigo, silbato, una copia de llaves, linterna, radio, pilas, botiquín de primeros auxilios, toallas, papel higiénico, gel, comida enlatada, agua embotellada, galletas, dinero en efectivo, documentación, medicamentos y ropa interior.
Hay que destacar que Perú está ubicado en una región conocida como el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se produce más del 80 % de la actividad sísmica mundial.
El último terremoto devastador en el país se produjo frente a la ciudad costera de Pisco en agosto de 2007, cuando un movimiento de magnitud 7,9 golpeó a esa localidad y toda la región sureña de Ica, con un saldo de más de 500 fallecidos, así como millonarias pérdidas en infraestructuras y viviendas.
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