Joe Biden se ha estrellado en el debate electoral de esta madrugada: ha sido incapaz de demostrar que su salud no debe preocupar a los votantes de Estados Unidos. Varias veces se ha quedado en blanco, perdido. Al otro lado, Donald Trump, extrañamente comedido, ha aprovechado para lanzar una batería de mentiras e insistir en su tema estrella: el control de la inmigración.
El Partido Demócrata ha entrado en pánico y algunas voces plantean, incluso, presentar otro candidato que no sea Joe Biden, a pesar de lo cerca que están las elecciones. No sería la primera vez que un debate hunde a un candidato.
El debate entre Donald Trump y Joe Biden puede convertirse en uno de los más importantes de la historia y que puede llegar a cambiar el rumbo de los acontecimientos. En Estados Unidos hay una larga ejemplos de debates que resultaron decisivos cuando las cosas estaban muy ajustadas como ahora.
Las encuestas llevan dibujando un empate técnico entre Donald Trump y Joe Biden, que anoche intentaron lanzar sus mensajes a los votantes independientes, moderados y a los indecisos para tratar de inclinar la balanza.
Recordemos que estas son las citas políticas con más audiencia de todas las elecciones. Los últimos debates tuvieron casi 80 millones de espectadores.
Sin embargo, Donald Trump tiene un importante frente abierto: su condena penal y otros tres juicios pendientes. No obstante, hay que destacar que todavía se encuentra a la espera de obtener la inmunidad que le ha pedido al Tribunal Supremo.
Las batallas legales de Donald Trump pasan ahora a primera línea. Más allá del debate, en las próximas horas se espera que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre la inmunidad presidencial de Trump de lo que puede depender el futuro de varios de esos juicios pendientes.
Además, en dos semanas será sentenciado en Nueva York donde ya fue declarado culpable en el caso de los pagos del silencio a la actriz Stormy Daniels. Una sentencia que puede ir de una multa, a pena de cárcel o a arresto domiciliario con impacto directo en esta campaña presidencial que acaba de empezar.
Con este panorama la pregunta para los electores de Estados Unidos es: ¿ahora a quién votamos? Una decisión complicada según las últimas encuestas. Los votantes consideran que ninguno de los dos candidatos está a la altura para ser presidente
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