En Estados Unidos todos y todo se prepara para el cara a cara entre Donald Trump y Joe Biden. El primero parece coger fuerza, al menos en cuanto a donaciones. El segundo afronta las cada vez mayores dudas sobre su estado de salud.
Tanto, que Donald Trump ha pedido un control antidoping para el presidente de Estados Unidos. El primer debate por las elecciones presidenciales de Estados Unidos será en la CNN, territorio hostil para Donald Trump, y será sin público.
Será el primer enfrentamiento cara a cara entre los dos candidatos, que se enfrentarán en las urnas el próximo 5 de noviembre. Puede tener gran influencia y ser uno de los más decisivos de la historia. Y es que este debate es diferente por muchos motivos. Para empezar, se celebra antes que ningún otro, a casi cinco meses de las elecciones. Y los perfiles de los candidatos también tienen particularidades. Por ejemplo, su edad, en torno a los 80 años (78 en caso de Trump, 81 en caso de Biden). Y las encuestas están muy ajustadas, eso sí, ligera ventaja de Trump, apenas un punto y medio, y liderando en seis de los siete estados decisivos.
En Atlanta, el debate presidencial se vive con mucha atención. Biden llega con una aprobación bastante baja, sobre todo por su gestión de la economía, la inmigración y por su edad. Y muchos ojos esta noche estarán puestos en su energía, o en si comete algún error. En todo eso se enfocarán los ataques de Donald Trump, que también tendrá que encajar ataques por su larga lista de imputaciones. Se espera un debate muy tenso y muy agrio. En eso sí será igual que en 2020. Una de las claves reside en los votantes independientes y moderados que están en el centro y pueden ser importantes en noviembre, pero también en los indecisos. Hay mucho en juego.
Donald Trump, experto en resurgir de sus cenizas, parece estar sacando rentabilidad a sus problemas con la justicia y está recaudando más dinero que el candidato a la reelección. El candidato demócrata, mientras, afronta al fantasma sobre su estado de salud, cada vez más en entredicho.
Los operarios trabajan para tener listo el plató al aire libre. Para garantizar un 'debate civilizado y ordenado', --dicen los organizadores-- los micrófonos de Joe Biden y Donald Trump solo se activarán cuando sea su momento de intervenir. El resto del tiempo estarán silenciados. Ninguno de los dos podrá tener notas escritas en el escenario, aunque si papeles y bolígrafos para tomar notas.
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