Los palestinos desplazados por la ofensiva de Israel a centros escolares convertidos en improvisados refugios en el norte de Gaza afrontan una situación crítica debido a la falta de comida y de suministros médicos.
La Nueva Escuela de Primaria de Gaza, localizada en la parte oeste de la ciudad, forma parte de la decena de centros apoyados por la UNRWA, la agencia de la ONU que trabaja con los refugiados y refugiadas de Palestina por un futuro digno.
El colegio se ha convertido actualmente en el hogar de cerca de 5.000 personas que han tenido que dejarlo todo atrás para huir de la guerra.
Un trozo de pan cuesta cerca de cuatro euros y medio kilo de harina unos 70 euros. Precios que hacen imposible poder abastecerse de comida.
El agua depende de tres tanques conectados por tuberías muy finas cuyo mantenimiento depende enteramente de un grupo local de voluntarios.
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