Maxim Kuzmínov, el piloto ruso, asesinado en Alicante, fue bien pagado por desertar. Ucrania le pagó 500.00 dólares por entregar su helicóptero con sus dos compañeros, que ingnoraban su plan y después fueron asesinados.
El joven piloto de 28 años salió de Ucrania en noviembre con una nueva identidad ucraniana. Así llegó a Alicante y se instaló en un piso de una urbanización de Villajoyosa, que estaba reformando para su vida tras huir de la guerra. Los vecinos cuentan que para ellos era anónimo y no se relacionaba con los vecinos. Más bien parecía que los evitaba.
Su familia había llegado antes que él a España, pero Kuzmínov no vivían con ellos; quizá pensaba que era dónde primero lo iban a buscar los servicios de inteligencia rusa en España.
Sin embargo, sus precauciones no fueron suficientes. El desertor ruso no calculó el poder de los espías de Putin y cometió el desliz que esperaban para localizarlo. Kuzmínov contactó con una exnovia rusa y eso le delató.
El jefe del espionaje ruso no tuvo contemplaciones y aunque no admitió directamente haber sido un castigo lo definió como "un cadáver moral" y ahora real, después de los 6 tiros que le dispararon a la salida de su nueva casa en Alicante. Rusia no ha perdonado que su piloto cobrara 500.000 dólares por desertar con su helicóptero y facilitara el asesinato de los tripulantes rusos
Después de que los servicios de inteligencia ruso lo localizaran en España enviaron pistoleros a sueldo y tras matarlo le pasaron por encima a su cuerpo ya en el suelo. Un 'castigo ejemplar' en toda regla, que ahora las autoridades investigan.
Los dos sicarios tra cumplir el encargo calcinaron el vehículo para borrar pruebas y aunque revisan las cámaras, los investigadores creen que ya no están en España.
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