El aterrizaje del Airbus A350 de Japan Airlines en Tokio este martes parecía una maniobra de rutina, pero en un instante se convirtió en una situación extrema. El aparato envuelto en llamas con casi 400 personas a bordo tras chocar con otra aeronave no hacía presagiar nada bueno. Sin embargo, todos los pasajeros y la tripulación han salido con vida. Las imágenes de lo que quedó del avión confirman lo que los expertos llaman "una evacuación milagrosa".
Las autoridades niponas han abierto una investigación que en apuntan como responsable del accidente al avión militar que no tenía autorización para estar en la pista.
Sus 367 pasajeros y 12 miembros de la tripulación escaparon, aunque 15 sufrieron heridas, mientras que los tripulantes del otro avión de la Guardia Costera, fallecieron en la colisión; solo el capitán salió con vida. Genki Miyamoto, de 39 años, salió de los escombros y llamó por radio a su base para contar que "el avión explotó en la pista" y que solo había escombros.
Los motores del avión de JAL explotaron y las llamas abrazaron todo el fuselaje de la cabina, donde los pasajeros empezaron a sufrir los efectos del humo. Sin embargo, en apenas unos minutos un centenar de unidades de extinción de incendios se desplegaron en el lugar para combatir un incendio que comenzó en la parte trasera del avión y se extendió a todo el aparato convirtiéndolo en una bola de fuego.
Los expertos en aviación hablan del éxito de la evacuación y el resultado lo atribuyen a la respuesta disciplinada tanto del personal como de los viajeros: lo que llaman una evacuación milagrosa.
La autoridad de la seguridad aérea de Japón (Japan Safety Transport Board ) ha abierto una investigación conjunta con la participación de Francia, donde se fabricó el Airbus y Reino Unido, responsable de los motores del aparato.
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