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Bélgica y Países Bajos cierran el año como los países por donde entra la mayor parte de droga en Europa. Por sus puertos principales, el de Amberes y Róterdam han llegado este 2023 más de 160 000 kilos de droga y con ello, también aumenta la sensación de inseguridad. Algunas mafias amenazan incluso a la Casa Real holandesa o a altos cargos del Gobierno belga.
Bélgica y Países Bajos están al límite de ser considerados narcoestados debido a “una combinación de dos factores: el primero, de décadas de políticas blandas e, incluso, de legalización de algunas drogas, combinado con puertos enormes, muy difíciles de gestionar, pero fáciles para que las mafias entren y campen a sus anchas”, informa Lluís Tovar desde Amberes para ‘Informativos Telecinco’.
Los expertos definen como un “engranaje perfecto” la manera en la que la droga entra, se comercializa y llega a las calles de Europa a través de los puertos de Amberes y Róterdam, pero también de otros como los de Hamburgo o los de España.
Yarin Eski, crimonólogo holandés, explica que este engranaje perfecto empieza dentro de los puertos: ‘’Necesitas cooperación del interior. No puedes trabajar sin oficiales corruptos’’.
Esta corrupción de los trabajadores portuarios a veces no es casual. Según Eski, las propias mafias los amenazan para asegurarse que nada falle. ‘’’Si no haces esto, secuestramos tus hijas’. En parte ellos también son víctimas del sistema’’, asegura.
Todo este engranaje se traslada luego con violencia en las calles con un perfil de traficantes cada vez más joven. “Jóvenes de entre 12 a 25 años que son enviados a los puertos. Y muchos tienen un trasfondo migratorio. Muchos son de Marruecos o Turquía’’, señala.
En Bélgica y Países Bajos las amenazas han llegado miembros del Gobierno o de la Familia Real.
En Suecia, los puertos han pedido ayuda al Ejército para controlar un fenómeno que, según los expertos, se traslada en las urnas.
En Países Bajos vinculan la victoria de la ultraderecha como mejor manera de devolver la seguridad a las calles y puertos.
La Comisión Europea ha prometido inversión en tecnología en los puertos para controlar la llegada de droga, pero de momento, es del todo insuficiente.
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