Kate Cox, de 31 años y madre de dos hijos, ha vivido una pesadilla vital. Su batalla para poder abortar de un embarazo de alto riesgo legalmente le ha hecho enfrentarse al estado de Texas. Al final, esta ciudadana estadounidense se ha visto obligada a viajar a otro estado para abortar.
“Estoy tratando de hacer lo mejor para mi hija, para mí y para mi familia, pero estamos sufriendo debido a las leyes de Texas”, escribió Cox en un artículo de opinión para el Dallas Morning News sobre su lucha por el aborto. “No quiero que mi bebé llegue a este mundo sólo para verla sufrir”. "Necesito interrumpir mi embarazo ahora para tener las mejores posibilidades para mi salud, para criar a mis hijos y para un embarazo futuro”, añadía.
"Debido a que la señora Cox ha tenido dos cesáreas previas, continuar con el embarazo la pone en alto riesgo de sufrir complicaciones graves que amenazan su vida y su fertilidad futura, incluida la ruptura uterina y la histerectomía”, afirmaba la demanda.
Kate Cox, de 31 años, obtuvo la semana pasada una medida cautelar para poder someterse al procedimiento, pero la Fiscalía elevó el caso al Supremo estatal. Kate, embarazada de 20 semanas, "no podía esperar más" debido a que "su salud estaba en juego", según un comunicado de los abogados del Centro de Derechos Reproductivos de Estados Unidos.
El Tribunal Supremo texano había frenado el dictamen de una corte inferior que le permitía someterse al procedimiento a pesar de las grandes restricciones estatales respecto al aborto. Cox había pedido una exención médica debido a que su feto presenta el llamado "síndrome de Edwards" o trisomía 18, una anomalía fatal en un porcentaje muy elevado de casos.
El síndrome de Edwards, es una afección cromosómica poco común que puede causar defectos cardíacos y otras anomalías orgánicas. Casi todos los embarazos terminan en aborto espontáneo o muerte fetal.
Según sus médicos de Kate, era improbable que "el embarazo terminase con un bebé sano" -le dieron una esperanza de vida de una semana- y que cualquier "complicación grave" pondría en peligro su vida y su "fertilidad futura" debido a que ya se había sometido a dos cesáreas. El matrimonio acudió a los tribunales de Austin para solicitar un aborto una semana después de recibir este grave diagnóstico .
“El limbo legal de la semana pasada ha sido un infierno para Kate”, asegura Nancy Northup, presidenta del Centro de Derechos Reproductivos, la organización que se ha encargado de la defensa de Cox en los tribunales. La activista considera que la salud de su clienta no podía esperar a que los jueces se pronunciaran por el caso. “Ha estado entrando y saliendo de salas de emergencia, Es por esto que los jueces y políticos no deberían tomar las decisiones de la gente que se embaraza”, ha añadido.
La demanda es uno de los primeros intentos en el país por parte de un individuo que busca un aborto ordenado por un tribunal desde que la Corte Suprema anuló Roe v. Wade el año pasado, según The New York Times.
Poco después de que abandonase el Texas, el Supremo terminó de tumbar la decisión del tribunal inferior tras alegar que el médico de Cox no había manifestado "de buena fe" si su estado de salud cumplía los requisitos de la ley para permitir la intervención, según ha informado la cadena CBS News.
La demanda presentada ante el tribunal aseguraba que los médicos tenían "las manos atadas" y que solo podía esperar a que el feto muriese en su vientre o llegar hasta el parto "solo para ver a su bebé sufrir hasta la muerte".
La abogada de Kate Cox contestó a la pregunta de por qué había presentado una demanda en lugar de buscar atención en otro estado: “La mayoría de las personas que necesitan servicios de aborto, no pueden abandonar sus comunidades de origen para recibir atención médica urgente. Subir a un avión en medio de una emergencia médica, y mucho menos una emergencia obstétrica, es una violación de los derechos humanos en sí misma”.
Las leyes contra el aborto en Texas son las más estrictas del país: está prohibido en prácticamente todos los casos excepto en aquellos donde la vida de la madre corre peligro. En el caso que atañe a la mujer afectada, el síndrome de Edwards que presenta el feto podría causarle daños a su salud y arriesgar futuros embarazos.
Según el mencionado Centro, este es el primer caso desde que el Tribunal Supremo del país anulase en 2022 el fallo de Roe contra Wade que se presenta en nombre de una embarazada que busca atención para un aborto de urgencia. La semana pasada, una mujer de Kentucky embarazada de ocho semanas también presentó una demanda contra las prohibiciones del aborto en el estado.
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