Javier Milei ha sido investido presidente de Argentina en el Congreso de la Nación, en Buenos Aires, donde ha jurado como próximo jefe de Estado del país suramericano por el período 2023-2027 tras ganar la segunda vuelta de los comicios el pasado 19 de noviembre. Entre gritos de "¡Argentina, Argentina!", Milei y su flamante vicepresidenta, Victoria Villarruel, han proclamado su lealtad al Estado argentino en presencia de sus predecesores, Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
"Hoy comienza una nueva era en Argentina", ha proclamado en su discurso de investidura, con el que pretende poner fin a "cien años de despilfarro de la clase política". Para ello, plantea "un nuevo contrato social" para construir un país "en el que el Estado no dirija nuestras vidas sino que vele por nuestros derechos", un nuevo camino de "reconstrucción".
El discurso, con un marcado carácter económico, ha cargado en particular contra el kirchnerismo y sus datos macroeconómicos, con un déficit público del 17 por ciento del PIB. "Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros", ha aseverado Milei. "Hoy mismo la inflación ya viaja a un ritmo que oscila entre el 20 y 40 por ciento mensual. El Gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación. Es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe", ha dicho.
"La solución implica, por un lado, un ajuste fiscal en el sector público nacional de 5 puntos del PIB, que a diferencia del pasado caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado", además del combate férreo de la inflación. "No hay posibilidad de un gradualismo. No hay solución alternativa al ajuste", ha remachado.
"De corto plazo la situación empeorará", ha reconocido. Este planteamiento "impactará de modo negativo sobre el nivel de actividad, empleo, salarios reales y cantidad de pobres e indigentes", ha explicado. "Luego, veremos los frutos de nuestro esfuerzo habiendo cambiado las bases de un sistema sólido", ha destacado.
"No va a ser fácil: cien años de fracaso no se deshacen en un día pero hoy es ese día. Terminamos el camino de la decadencia y comenzamos a transitar el camino de la prosperidad. Tenemos la resiliencia para salir adelante", ha resaltado.
En el ámbito de la seguridad, Milei ha denunciado que "el narcotráfico se apoderó de nuestras calles y las fuerzas de seguridad han sido humilladas y abandonadas". "La anomia es tal que sólo el tres por ciento de los delitos son condenados. Se acabó con el 'siga, siga' de los delincuentes", ha advertido.
En cuanto a la oposición y a las posibles movilizaciones en contra de las draconianas medidas económicas prometidas, Milei ha advertido de que "quien corte la calle no recibe el apoyo de la sociedad". "El que corta no cobra (...). El que las hace, las paga", ha espetado.
El discurso ha terminado con el conocido lema de campaña de Milei, "¡Viva la libertad, carajo!", que ha repetido en hasta tres ocasiones desde la escalinata del Congreso y entre los gritos de apoyo de sus simpatizantes.
Milei fue recibido entre gritos de "¡Argentina, Argentina!", Milei y su flamante vicepresidenta, Victoria Villarruel, han proclamado su lealtad al Estado argentino en presencia de sus predecesores, Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Previamente, en su primer acto protocolario, Milei firmó el libro de honor de la Cámara de Diputados con el mensaje: "Viva la libertad, carajo".
Milei no se dirigió a la cámara legislativa y en su lugar la vicepresidenta Villaruel pronunció unas palabras de agradecimiento en su nombre. "Es un momento que quedará para siempre en nuestros corazones y quiero agradecerles este gesto de acompañarnos desde otros países del mundo y de las provincias", hizo saber la vicepresidenta.
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