En Gaza, Israel anuncia el inicio de una nueva fase en la guerra contra Hamás. Su Ejército asegura haber tomado buena parte de la capital. También habría ocupado el oeste de la Franja. Unos ataques contra supuestos objetivos de Hamás que siguen sin dar tregua y que cada día suman nuevas víctimas de civiles.
La guerra ha devastado la ciudad de Gaza. Sorprende la comparativa de cómo era la capital gazatí antes de los bombardeos y cómo es ahora, después de 42 días del intenso asedio israelí por tierra, mar y aire. Decenas de inmuebles han quedado dañados o reducidos a escombros. Algunos tan emblemáticos como el de la Universidad Abierta de Al-Quds. Hay barrios completamente arrasados en el corazón de la metrópolí.
Por otro lado, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Herzi Halevi, ha anunciado que el Ejército está ya cerca de "desmantelar" todo el "sistema militar" del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en el norte de la Franja de Gaza y ha anunciado la ampliación de las actividades a otras zonas de dicho enclave.
Los militares han centrado sus operaciones en la zona norte y, aunque aún queda "completar" este trabajo, Halevi ha llamado a seguir "cada vez por más regiones", en unas declaraciones ante efectivos que participan en esta ofensiva militar y difundidas por las propias FDI.
Además, el Gobierno de Israel ha aprobado este viernes la entrada de dos camiones al día con combustible a la Franja de Gaza, pese a que desde las organizaciones de ayuda humanitaria han advertido de que para paliar las necesidades sería necesario un flujo constante y mayores facilidades a la hora de utilizar el suministro que pueda llegar.
El gabinete israelí ha dado luz verde a la entrada de los camiones tras el visto bueno del Ejército y de los servicios de Inteligencia y después de una petición previa de las autoridades de Estados Unidos.
En esta ocasión, el objetivo es "garantizar el mantenimiento mínimo necesario de los sistemas de agua, residuos y saneamiento" para impedir el brote de enfermedades que "potencialmente" puedan extenderse también a Israel, según el documento recogido por el diario 'The Times of Israel'.
Un primer envío, de 23.000 litros de combustible, estaba destinado a la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), que sólo podía utilizarlo para el repostaje de vehículos para la entrada de ayuda. La organización estima que hacen falta unos 160.000 litros por día para paliar las graves carencias en la Franja.
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