Decenas de ciudadanos palestinos han muerto este martes por un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Yabalia (también Jabaliya o Jabalya), localidad situada en el norte de la Franja de Gaza, bajo control de Hamás, según ha informado el Ministerio de Sanidad gazatí.
Una nueva jornada sangrienta que, según agencias que trabajan en el terreno, deja al menos 47 víctimas mortales. Las bombas han causado cráteres donde habia edificios. Un inmenso paisaje de devastación en el que se suceden los rescates de personas bajo los escombros.
La justificación de Israel es que su objetivo eran los miembros de Hamás (habrían matado a 50, incluyendo uno de los líderes de la masacre del 7 de octubre) y posiciones bajo tierra. Asimismo, explica la muerte de los civiles palestinos como una "tragedia de guerra". El bombardeo en el campo de refugiados más grande de la Franja de Gaza se ha producido, según ellos, en una zona de exclusión, donde los civiles deberían haber cumplido la orden de evacuación hacia el sur.
Por su parte, el portavoz de la cartera de Interior de Hamás, Iyad Bozum, ha señalado en rueda de prensa que se han registrado 400 víctimas -muertos y heridos- por la caída de seis bombas "de fabricación estadounidense" arrojadas por aviones israelíes contra zonas residenciales de Yabalia. Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente por las restricciones que ambas partes en conflicto imponen a los medios para trabajar en Gaza.
Nadie espera un alto al fuego, más bien la escalada del conflicto tras este bombardeo brutal que muchos comparan con el ataque aéreo al hospital Al Ahli que dejó alrededor de 500 muertos. Y es que la milicia chií de Yemen, aliada de Irán, ha declarado la guerra a Israel. Se abre así un nuevo frente desde el sur.