Dos trabajadores de la central nuclear de Fukushima -uno de 20 años y otro de 40- han sido hospitalizados después de que cinco operarios se empapasen, por accidente, con un líquido radioactivo durante las labores de limpieza de la planta número uno. Se trata de una operación que se lleva a cabo desde que el terremoto y el consiguiente tsunami devastaran en 2011 a buena parte del país. Tras la acusación de sabotear el medio ambiente por parte de China, Japón ha asegurado que no hay contaminación en los peces analizados en un radio cercano a las instalaciones.
Dos de ellos tuvieron que ser trasladados de inmediato a un hospital para someterse a un procedimiento de descontaminación y un seguimiento médico, aunque los doctores no han encontrado indicios de quemaduras en su piel ni problemas de salud. La decisión de un ingreso fue necesaria tras comprobar que registraban un nivel más alto que el estándar mínimo de seguridad radioactiva (cuatro bequerelios por centímetro cuadrado), según el comunicado recogido por ‘Asahi Shimbun’.
De acuerdo con la operadora de la central, la Tokyo Electric Power Co. (TEPCO), un grupo de cinco trabajadores se encontraban limpiando una tubería del Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos, empleado para limpiar el agua contaminada de la central. El equipo estaba limpiando la tubería con ácido nítrico cuando unos 0,1 litros del líquido que contenía acabaron mojando a los operarios.
La agencia nuclear de la ONU, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), ha concluido su revisión de seguridad de la descarga al mar de agua radiactiva tratada de la averiada planta nuclear de Fukushima por parte de Japón, con vistas a la recopilación de un nuevo informe a finales de año, informa la agencia oficial de noticias japonesa Kiodo.
Desde agosto, TEPCO ha expulsado 15.600 toneladas de agua tratada con el sistema de procesamiento de líquidos, que elimina la mayoría de radionucleidos excepto el tritio. Este último, se diluye con agua de mar, dejándolo con un nivel de concentración un 40% del permitido según las normas de seguridad japonesas antes de ser vertido. Japón ha afirmado que este proceso no supone una amenaza para el medio ambiente y ha confirmado que no hay presencia de isótopos.
La Agencia de Pesca ha informado que no se ha hallado tritio en los peces analizados en un radio de 5 kilómetros junto a la central nuclear, en respuesta de las restricciones impuestas por China a la importación de pescados y mariscos por el miedo a la contaminación.