El juez Arthur Engoron ha denegado el recurso presentado por Ivanka Trump para no tener que testificar contra su padre, Donald Trump, en su juicio por fraude fiscal en el Estado de Nueva York. El expresidente de Estados Unidos, que ya fue acusado de conspiración, se enfrenta a la demanda presentada por la fiscal general del Estado, Letitia James, por defraudar alrededor de 250 millones de euros. "Este juicio es una falsa", declaró el magnate sobre el caso judicial.
La segunda hija de Trump tendrá que testificar sobre su participación o conocimiento de las transacciones financieras de algunas de las compañías de su conglomerado empresarial. A pesar de los seis juicios pendientes, Donald Trump continúa siendo el principal favorito en el partido republicano para alcanzar la Casa Blanca en 2024. El magnate ha rechazado todas las acusaciones y ha denunciado estar siendo víctima de los demócratas.
Trump fue acusado por la fiscal neoyorquina, Letitia James, de inflar su patrimonio neto personal ante las instituciones financieras en alrededor de 3.300 millones de euros. Junto a él, han sido demandados sus hijos, Eric y Donald Trump Jr, y el exdirector financiero de la Organización Trump Allen Weisselberg. En el caso de Ivanka, logró que un tribunal le desestimase la acusación a principios de 2023.
El origen de la demanda se remonta a 2019, cuando el antiguo abogado de la empresa, Michael Cohen -quien fue el encargado de realizar los pagos irregulares a la actriz porno Stormy Daniels- planteó preguntas sobre su estado financiero ante el Congreso.
"Acabo de llegar a la corte para luchar contra una fiscal general corrupta y racista y contra un juez fuera de control que odia a Trump, que se niega a aceptar una decisión del tribunal de apelaciones que deja fuera de combate el 80 por ciento de su caso", explicó en la red social ‘Truth Social’. El magnate estadounidense ha aprovechado para denunciar que este caso, presidido por el juez Arthur Engoron, sigue siendo "una caza de brujas", como ya hiciera en otros procesos judiciales que tiene abiertos por interferir en las elecciones de 2020, tanto a nivel federal como estatal.
Aún así, el expresidente de EEUU ha sabido rentabilizar su paso por la cárcel. Por el lado económico, ha vendido todo tipo de objetos con la imagen de su foto policial en la cárcel del condado de Fulton, en la ciudad de Atlanta (Georgia). Por el lado político, ha utilizado las polémicas relacionadas con sus demandas para presentarse de nuevo a la Casa Blanca. Y de momento, no le va nada mal según las encuestas.