Las vidas de decenas de miles de venezolanos que viven actualmente en Estados Unidos podrían cambiar después de que la administración de Joe Biden les haya ofrecido la renovación y expansión de un permiso migratorio conocido como Estatus de Protección Temporal, que permitiría a 472.000 personas trabajar y residir legalmente en el país. Uno de los beneficiados por esta medida, Víctor Macedo, explica que ahora él y su familia pueden ganarse la vida abriendo una panadería, uno de sus sueños de siempre; pero entrar en el país fue una odisea.
“Salimos corriendo desde Venezuela con un miedo terrible de a nos pueda pasar algo o a que nos fueran a agarrar como preso político solo por pensar distinto”, recuerda, señalando que sabían “el peligro” al que se iban a someter. “Habíamos hablado. Él lleva a la niña y yo iba agarrando al niño. En el río yo me caigo”, cuenta su pareja.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció la prórroga, de 18 meses, del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) del que gozan los migrantes venezolanos en suelo estadounidense, ya que considera que no hay aún garantías suficientes en Venezuela.
La medida se aplica a todas aquellas personas que hayan llegado a Estados Unidos antes del 31 de julio, lo que actualmente abarca a más de 242.000 venezolanos. Sin embargo, las autoridades norteamericanas estiman en unos 472.000 los potenciales beneficiarios.
"El estatus proporciona a los individuos que ya en están Estados Unidos protección frente a la expulsión si las condiciones en su país de origen impiden un retorno seguro", explicó el secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, en un comunicado.
En este sentido, advirtió de que los venezolanos deben también "entender" que "quienes hayan llegado después del 31 de julio de 2023 no tienen derecho a la protección", lo que implica que "serán expulsados si no tienen una justificación legal para quedarse" en territorio estadounidense.
Venezuela fue precisamente uno de los temas tratados por los presidentes de Estados Unidos y de Brasil, Joe Biden y Luiz Inácio Lula da Silva, en la reunión mantenida el miércoles, en la que abogaron por "restaurar la democracia" mediante "acciones concretas", según un comunicado de la Casa Blanca. Washington aspira a que pueda haber "elecciones libres y justas", para lo cual no descarta un posible "alivio de las sanciones" contra el chavismo.