La activista iraní Narges Mohammadi, recluida en prisión en Teherán, se ha alzado con el Premio Nobel de la Paz 2023 por su labor en la defensa de los derechos de las mujeres y de los prisioneros en la república islámica. Mohammadi ha sido condenada a varias penas de cárcel desde 2011. El reconocimiento a su labor llega llega poco más de un año después de la muerte de Mahsa Amini, la mujer iraní que falleció tras ser detenida por la policía de la moral al llevar el velo de forma incorrecta.
Naciones Unidas y ONG humanitarias del calado de Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW) han pedido a las autoridades iraníes que pongan inmediatamente en libertad a la activista. Mohamadi, encarcelada ahora mismo en la prisión de Evin, en Teherán, se ha pasado la mayor parte de los últimos 20 años entre rejas tras ser condenada en numerosas ocasiones por propaganda y amenaza para la seguridad del estado en lo que organizaciones humanitarias describen como una persecución política.
El premio a Mohamadi "pone de manifiesto el coraje y la determinación de las mujeres de Irán, que son una inspiración para el mundo", ha hecho saber la portavoz de la Oficina de Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios, Liz Throsell, durante una rueda de prensa en Ginebra. Así pues, la ONU "llama a su puesta en libertad, así como la de todos los defensores de los Derechos Humanos encarcelados en Irán".
A lo largo de toda su vida de activismo, Mohamadi ha fundado asociaciones por los derechos de las mujeres y escrito libros y artículos para denunciar especialmente los abusos de los que son objeto, en particular en las cárceles del país. Por su labor periodística, Mohamadi fue galardonada en mayo de este año con el Premio Mundial a la Libertad de Prensa de Naciones Unidas, junto a sus colegas iraníes Niloofar Hamedi y Elaheh Mohammadi.
Familiares y allegados de la activista han pedido en innumerables ocasiones la excarcelación de Mohamadi por motivos humanitarios tras el ataque cardíaco que padeció el año pasado y por el que acabó sometida a una operación de urgencia. Tanto Amnistía Internacional como la directora ejecutiva de Human Rights Watch, Tirana Hassan, se han sumado a la petición de Naciones Unidas en su llamamiento a las autoridades para que "liberen de manera inmediata e incondicional a Mohamadi" tras aplaudir a la activista por un galardón que recuerda "su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y para proteger la libertad de todos.
"Con este premio, el Comité Nobel reconoce sus inmensas contribuciones, sus sacrificios altruistas y el coraje y la resistencia exhibidos por ellos y otros activistas en su lucha por un Irán más brillante y más respetuoso hacia los Derechos Humanos". Amnistía también defiende en un comunicado la importancia de un galardón que "no facilitará su puesta en libertad, pero envía un mensaje claro a las autoridades iraníes de que su represión contra los críticos pacíficos y los defensores de los derechos humanos no quedará sin respuesta".
Irán ha endurecido el castigo por no llevar correctamente el velo islámico en el espacio público con hasta diez años de prisión. Hasta ahora la ley contemplaba penas de entre diez días y dos meses de prisión por incumplir el código de vestimenta. La nueva legislación endurece la pena de cinco a diez años de prisión, mientras que las multas también ascienden considerablemente, de los diez euros hasta los 7.000. Un dato. El sueldo mínimo en Irán apenas sobrepasa los 200 euros mensuales. Las penas por violar el código de vestimenta también consideran castigos de hasta 60 latigazos por incumplir la ley. La ley se aplicará durante tres años y se revisará de nuevo.
El código contiene setenta artículos que restringen el código de vestimenta y actuación de las mujeres en diferentes situaciones sociales. La ley contempla multas para quienes "promuevan la desnudez" o "se burlen del hiyab" en medios de comunicación y redes sociales.
Concretamente, la normativa podría castigar a las mujeres y niñas que, en las redes sociales, enseñan "desnudez de alguna parte del cuerpo o lleven ropa fina o ajustada”. Además, se prohíbe el uso de pantalones rotos, mangas cortas, faldas que no cubren las piernas, bermudas, etc. Las mujeres que conduzcan coches sin hiyab o lleven “ropa inapropiada” serán multadas con 9 euros.
"El proyecto de ley podría describirse como una forma de 'Apartheid de género', ya que las autoridades parecen gobernar mediante una discriminación sistémica con la intención de reprimir a las mujeres y las niñas hasta la sumisión total", afirman expertos de Naciones Unidas. También denuncian que la ley viola derechos fundamentales como la libertad de opinión y expresión, el derecho a la protesta pacífica, o al acceso a servicios sociales, educativos y sanitarios. Los funcionarios de la ONU han alertado sobre las posibles consecuencias de esta ley. "La militarización de la 'moral pública' para negar a las mujeres y las niñas su libertad de expresión es profundamente desempoderadora y afianzará y ampliará la discriminación de género y la marginación, con consecuencias negativas más amplias para los niños y la sociedad en su conjunto", afirma la organización.