Nadie entiende que pasó para que el autobús con decenas de turistas a bordo cayera desde un paso elevado en Venecia, dejando 21 muertos y 18 heridos. El conductor, Alberto Rizzotto, no frenó, según las primeras hipótesis. Desde la empresa aseguran que era un “buen” empleado y que ese día había entrado a trabajar solo hora y media antes de la tragedia.
Alberto Rizzotto, de 40 años, era un "buen" conductor, llevaba con nosotros desde hace cinco o seis años”, ha señalado Massimo Fiorese, director general de la empresa La Linea en el diario El Corriere del Veneto.
Además, ese día Alberto Rizzotto había entrado a trabajar solo 90 minutos antes del accidente de anoche, en el paso elevado de Mestre, Venecia, cerca de la estación de tren.
Los investigadores tampoco han encontrado rastros de frenada en la carretera por lo que barajan la posibilidad de que el conductor sufriera un problema de salud al volante. En los últimos metros si hay una ligera marca como si hubiera podido reaccionar en el último segundo.
Desde la empresa La Linea han señalado además que el autobús era “nuevo”, tenía menos de un año. Por lo que el fallo mecánico también parece complicado.
El accidente de autobús ha dejado 21 muertos, entre ellos dos menores, y 18 heridos, de diversa consideración. Las tareas de los bomberos fueron muy complicadas. Tardaron dos horas en poder apagar las llamas del vehículo y sacar a las víctimas atrapadas.