Giulia Tramontano, una mujer de 29 años, fue asesinada por su novio, Alessandro Impagnatiello, de 30, hace tres meses en la localidad de Senago, en la provincia de Milán, cuando estaba embarazada de siete meses. Los detalles del crimen están publicándose ahora y están causando gran consternación en Italia.
Según las autoridades locales, el acusado envenenó a su pareja sin que ella lo supiera con un líquido 'matarratas' -afectando también al hijo que ambos esperaban, Thiago-, durante al menos un mes y medio, antes de asestarle 37 puñaladas y acabar con su vida.
La mujer estaba todavía viva cuando él la golpeó por última vez, según ha revelado la autopsia. Su muerte se debió, especialmente, apunta 'Corriere', a la abundante pérdida de sangre. Tramontano desapareció el día 28 de mayo y tres días después encontraron sus restos.
Impagnatiello la habría matado porque, según confesó ante los investigadores, tenía otra relación con una mujer estadounidense que también se había quedado embarazada. Podría ser condenado a cadena perpetua por la crueldad de los hechos.
El acusado apuñaló a sangre fría a Tramontano, trató de quemar el cuerpo y, con la supuesta ayuda de un cómplice, arrastró el cuerpo de la víctima por la escaleras, antes de deshacerse del cadáver. Luego denunció la desaparición de la mujer y dijo no saber nada. Sin embargo, los investigadores le señalaron y terminó confesando. Los agentes han afirmado recientemente que encontraron pastillas de un veneno para matar roedores.
El acusado, antes de revelar que mató a la joven, dijo que las había adquirido para usarlas en el trabajo. Pero las autoridades dudaron de sus palabras, ya que trabajaba en un hotel de cinco estrellas y ninguno de sus compañeros había visto ningún roedor en ninguna sala.
Posteriormente, los investigadores descubrieron que Impagnatiello había estado buscando desde enero en internet: '¿Cuánto veneno para ratas se necesita para matar a una persona?'. Asimismo, las pruebas forenses revelaron la sustancia en el cuerpo de la víctima recientemente. La premeditación del feminicidio puede elevar la condena al máximo fijado en el país al considerarse agravante.