Una semana después del incendio que arrasó parte de la isla de Maui, en Hawái (Estados Unidos), sigue creciendo el número de víctimas mortales. Las imágenes de dron revelan la total destrucción de la ciudad de Lahaina.
Los equipos de rescate que buscan entre los restos de calles arrasadas y edificios carbonizados aún tardarán semanas en revisar toda la zona. Ya son 99 las personas fallecidas. Otros consiguieron sobrevivir en circunstancias extremas. Es la historia de dos hermanos -Milo Tomkinson, de 13 años, y su hermano mayor, Noah Tomkinson, de 19-.
El aire irrespirable y el viento huracanado no eran lo peor para quienes, como Noah y su familia, saltaron al mar. Con su hermano Milo y junto a su madre soportaron horas, metidos en el agua, acechados como sus vecinos, por el fuego.
Pero en el mar se salvaron de morir abrasados por las llamas. Siete días después del peor incendio el último siglo en los Estados Unidos, los supervivientes afrontan una inmensa angustia emocional, según el testimonio de los psicólogos desplazados a la devastada Lahaina.
"Hay quien ha perdido todo: familia, casa y trabajo", explican las autoridades. Y nadie está preparado para una tragedia de esta magnitud. El gobernador de Hawái pide paciencia, porque va a llevar mucho tiempo recuperar e identificar los cuerpos de las víctimas.