El número de víctimas del incendio devastador en Hawái sigue creciendo. Y lo hará durante los próximos días, porque continúan desaparecidas en torno a 1000 personas. Los servicios de emergencias van a tardar todavía una semana en revisar toda la zona arrasada por las llamas. Como si hubiera caído la bomba atómica. En la isla de Maui es todo desolación. Ya son 93 los muertos confirmados en el desastre más mortífero del estado.
El centro histórico de Lahaina, está completamente destruido. Cuesta entender qué ha pasado. Pero la explicación viene por una conjugación de elementos: la fuerte sequía que ha afectado al archipiélago de Hawái en los últimos meses y los fuertes vientos procedentes del huracán Dora. Eso provocó que las llamas se extendieran a una velocidad de vértigo, lo que dificultó las labores de extinción.
A todo ello se suman los más que aparentes fallos, que el Gobernador ya ha pedido que se investiguen: tanto la actuación de las autoridades de la zona como el por qué no se activaron las alarmas para las evacuaciones.
La población está todavía consternada, imposible pensar en el futuro. De momento, 1418 personas permanecen en los seis refugios temporales habilitados para atender a los afectados por la tragedia natural más grave que han vivido las islas estadounidenses del Pacífico en su historia. Y que puede empeorar, porque aún hay varios focos activos.