Una pareja de Georgia ha demandado al hospital Southern Regional Medical Center, al médico y a las enfermeras por decapitar a su bebé durante el parto tras aplicar mucha fuerza. Según las declaraciones de estos padres primerizos, el centro quiso ocultarles lo que había ocurrido y les intentaron convencer de que no le realizasen la autopsia al recién nacido. Jessica Ross, la madre, aseguró que su médico “intentó dar a luz a su bebé por vía vaginal utilizando diferentes métodos, incluida la aplicación de tracción en la cabeza del niño”.
Pero el pequeño no podía descender a causa de la distocia de hombros, una afección que sucede cuando uno de los hombros se queda enganchado. Ross junto a su pareja, Treveon Isaiah Taylor, alegan que hubo negligencia en el parto tras ejercer tanta fuerza sobre el cuello y la cabeza del bebé que la separaron del cuerpo. Según la demanda, el obstetra tuvo que realizarle una cesárea para extraerle el torso y las piernas del bebé, pero la cabeza fue expulsada por vía vaginal.
Según las declaraciones del abogado de la pareja, Cory Lynch, “los sueños y esperanzas de la pareja” se habían convertido “en una pesadilla”. “Cuando Ross y Taylor exigieron ver y coger a su bebé, el equipo médico les dijo que no se les permitía tocar ni sostener a su hijo”. Unos hechos que el centro médico niega. En el comunicado, que el mismo hospital lanzó, aseguran que “su compromiso es brindar una atención compasiva y de calidad a cada paciente. Esta pérdida es desgarradora”, así lo informa la CNN.
Ahora los demandantes solicitan un juicio con jurado popular y piden daños monetarios por la pérdida del bebé y para los gastos del funeral. De momento, el médico forense del condado no ha revelado la causa de la muerte del pequeño.