Este jueves, seis exagentes de la Policía del Estado de Mississippi se han declarado culpables de haber torturado a dos hombres negros a comienzos de año, según ha señalado el fiscal federal para el distrito sur de dicho estado estadounidense, en otro episodio más de violencia policial en el país americano.
Los policías habrían asaltado a los dos hombres en su domicilio en el condado de Rankin, para proceder a su arresto sin causa probable y torturarles, golpearles y acusarles falsamente de delitos graves, según señala la Fiscalía.
La fiscal general adjunta para derechos civiles del Departamento de Justicia, Kristen Clarke, ha indicado que los seis policías involucrados en este asalto, todos de raza blanca, habrían buscado "deshumanizar a sus víctimas y enviar un mensaje de que estos dos hombres negros no eran bienvenidos". Las víctimas habrían sido esposadas por los agentes, golpeadas, insultadas con lenguaje racista, amenazadas con armas y habrían sido obligadas a beber aceite de cocina, leche y alcohol. También se les robaron efectos personales.
"Este curso de conducta abominable culminó con el acusado Elward forzando el arma de fuego (...) en la boca de una de las víctimas y apretando el gatillo en un intento de asustarlo. Hizo esto no una, sino dos veces, y cuando lo hizo por segunda vez, una bala atravesó la boca y la garganta de la víctima y salió por el cuello causándole heridas mortales. Sorprendentemente, la víctima sobrevivió al tiroteo a pesar de que estos acusados lo dejaron tirado en el suelo, chorreando sangre, durante un tiempo considerable sin brindarle atención médica", ha explicado Clarke.
La fiscal añadió que los agentes crearon historias falsas para "tratar de encubrir su mala conducta", mintieron a las víctimas sobre la entrada ilegal en su residencia, las acusaron de delitos que no cometieron y presentaron pruebas fabricadas en su contra, como casquillos de balas y ropa.
Así, ha destacado que "cualquier acto de abuso policial amenaza la administración de justicia, erosiona la confianza entre el público y los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, e infunde miedo en las comunidades que son blanco de tales abusos".
"Los detalles de los delitos que cometieron estos acusados son un ejemplo horrible y descarnado de mala conducta policial violenta que no tiene cabida en nuestra sociedad actual", ha sentenciado finalmente la fiscal.
Según el documento de la acusación consultado por CNN, los exagentes se autodenominaban 'The Goon Squad' (El escuadrón de matones), dada su tendencia a usar fuerza excesiva. Salió a la luz una demanda civil federal después del incidente, que había ocurrido 24 de enero.