Acusan a un profesor de atraer mujeres a Nueva York para después agredirlas sexualmente

Un profesor de química en Nueva York es acusado de persuadir a tres mujeres para que viajasen desde El Salvador hasta el Bronx en busca de una vida mejor. Allí, el acusado las violaba, agredía y abusaba sexualmente, así lo aseguran los fiscales federales. "Se aprovechó de mujeres vulnerables y las llevó de contrabando a Nueva York con el fin de poder explotar sus cuerpos para su propia gratificación sexual”, afirmó el principal fiscal federal de Manhattan, Damian Williams.

Entre 2013 y 2023, Jorge Alberto Ramos, nacido en El Salvador, engañaba a mujeres del mismo país prometiéndoles un romance y una vida mejor. Una vez que llegaban a Nueva York, las amenazaba con deportarlas si no tenían sexo con él. Ahora se declara inocente, ante el juez James L.Cott, de los siete cargos que se le acusan.

Utilizaba el contrabando para traer a las mujeres a Nueva York

Una de las mujeres tenía 27 años cuando, en 2015, Ramos se ofreció a ayudarla a entrar a Estados Unidos de manera clandestina. Le envió dinero y regalos a través de un intermediario y le aseguró que tendrían “una relación romántica” cuando llegase, así informa The New York Times. Pero después de viajar por Guatemala y México, los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos la detuvieron durante dos meses. El detenido pagó más de 3.600 euros para que la liberasen y le compró un billete de avión para que volase de Texas a Nueva York. Pero, al conseguir entrar en el país, la acusación explica que la mujer notó que Ramos era más agresivo y le obligó a tener relaciones sexuales, durante varias semanas, hasta que pudo huir.

Una historia similar a la que ocurrió al año siguiente con una joven de 18 años. Tras persuadirla con “oportunidades educativas y laborales” y confirmarle que “no esperaba tener una relación romántica con ella”, le pagó 2.700 euros para que entrase al país de contrabando. Pero cuando llegó, la violó pese a que ella opuso resistencia en repetidas ocasiones hasta que consiguió escapar. Con la tercera víctima, pagó casi 3.200 euros para entrase en el país. A partir de ahí, el detenido fue amable con ella hasta que encontró trabajó y le dijo que la había traído para tener sexo con ella “siempre que quisiera”.