En una acogedora librería húngara algunos libros se encuentran envueltos en celofán. Son títulos de temas LGBTIQ+ que el actual gobierno del país considera no ser aptos para menores.
Eva Redai lleva casi 35 años al frente de la librería Láng Téka, abierta incluso antes de la transición democrática de Hungría.
Esta medida forma parte de un plan del gobierno del populista Viktor Orban, que en los últimos años ha aprobado leyes que se muestran contrarias a las minorías sexuales. Entre ellas, una de "protección de la infancia”. El gobierno insiste en que las leyes son necesarias para proteger a los niños contra la pedofilia o delitos sexuales.
Esta lógica ha sido muy criticada porque dicen que estigmatiza al colectivo y lo confunde con la pedofilia. Las multas impuestas a las bibliotecas que no envuelven estos libros hicieron que los libreros se apresuraran a embalar aquellos que podrían causarles problemas.
Los dueños de librerías afirman que la ley muy ambigua que les responsabilizan de determinar cuáles de los miles de títulos pueden tener contenidos prohibidos.