El médico de un hospital de Dnipró, al este de Ucrania, examina a un soldado que acaba de llegar del frente. El diagnóstico no es el deseado. "La herida en la pierna es pequeña pero, señala, ha estado demasiado tiempo con un torniquete y hay que amputar".
El coste de la actual contraofensiva ucraniana es alto. Nunca habían llegado aquí tantos heridos, también rusos. Se intenta salvarlos igual. El trabajo continúa de noche. Es el momento en que se realizan más cirugías, hasta 100 en una sola jornada.
"Para mí, cada paciente es un héroe. Y hacemos todo lo posible para que se recupere", señala uno de los médicos. El éxito es lograr estos reencuentros: Olena vuelve a besar a Maksim, herido en Bajmut. "Estoy feliz al ver de nuevo a mi familia y al saber que tendremos un futuro juntos". Ajenos a este momento de dicha, siguen esforzándose para negarle otra muerte más a la guerra.