El Parlamento de Israel ha aprobado este lunes una controvertida cláusula del proyecto de reforma judicial presentado por el Gobierno, una decisión adoptada en medio de nuevas movilizaciones a nivel nacional contra los planes del Ejecutivo del primer ministro, Benjamin Netanyahu.
La votación se ha saldado con 64 votos a favor y ninguno en contra después de que los parlamentarios de todos los partidos opositores decidieran abandonar el pleno de la Knesset ante la insistencia del Gobierno --integrado por partidos ultraortodoxos y ultraderechistas-- de sacar adelante la conocida como 'cláusula de sensatez', según ha informado el diario israelí 'Haaretz'.
Las reformas del Ejecutivo de Netanyahu han provocado una gran agitación política y una fuerte oposición por parte de la población, que teme que socave la democracia del país y debilite el sistema judicial, considerado como la única herramienta para controlar el poder del gobierno.
Los críticos de Netanyahu y su gobierno, el más derechista en la historia de Israel, argumentan que estas reformas están diseñadas para proteger al primer ministro de 73 años, quien actualmente está siendo juzgado por posibles cargos de corrupción. Además, sostienen que estas medidas permitirían al gobierno aprobar leyes sin restricciones y sin la supervisión adecuada.
El gobierno, por su parte, argumenta que el poder judicial interfiere demasiado en la legislación y está sesgado a favor de cuestiones liberales. También afirman que el proceso de selección de jueces es antidemocrático y buscan aumentar su representación en el comité que los nombra. Además, desean eliminar el requisito de que los ministros obedezcan los consejos de sus asesores legales, guiados por el fiscal general.
Las reformas propuestas incluyen debilitar el poder de la Corte Suprema para revisar o anular leyes, permitiendo que una mayoría simple en el Parlamento israelí invalide sus decisiones.
También buscan tener una voz decisiva en la selección de jueces, incluso en la Corte Suprema.
Además, pretenden eliminar el requisito legal de que los ministros sigan los consejos de sus asesores legales].
La crisis política en Israel parece estar lejos de resolverse, ya que el descontento generalizado en las calles indica que la agitación se intensificará. Netanyahu ha expresado su intención de buscar un amplio acuerdo público sobre el resto de las reformas durante el receso de verano del Parlamento, que va de agosto a mediados de octubre. Sin embargo, su gobierno depende del apoyo de los ministros de extrema derecha de su gabinete, quienes insisten en que las reformas deben de ser aprobadas.
Uno de los grandes líderes opositores de Israel, el ex jefe del Estado Mayor y ahora líder de Unidad Nacional Benny Gantz, ha recordado el enorme rechazo que la reforma está generando entre los reservistas del Ejército -- en torno a 10.000 han anunciado que no se presentarán a las tareas de voluntariado la semana que viene -- y que los planes del Gobierno han acabado politizando a las Fuerzas Armadas, en lo que describió como "un error a escala nacional y un gravísimo fracaso en el liderazgo de Israel".
"Parte del daño ya es irreparable", ha añadido Gantz, quien ha insistido en la necesidad urgente de detener la reforma para no agravar todavía más la situación. Otra diputada opositora, Orit Farkash-Hacohen, ha roto directamente en lágrimas: "Habéis destruido Israel", ha espetado a la coalición.
"Habéis prendido fuego a este país, habéis conocido a una nación tecnológicamente puntera en un leproso internacional. No me puedo creer lo que estoy viendo. Me niego a creerlo", ha añadido.