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Cientos de manifestantes han asaltado la embajada sueca en Bagdad. Han escalado sus muros y le han prendido fuego. Es su forma de protestar por la quema del Corán en Suecia.
El asalto al recinto diplomático es convocado por simpatizantes del clérigo chiíta Muqtada Sadr en Bagdad para protestar por la segunda quema del Corán autorizada la Policía de Suecia durante una manifestación que se llevará a cabo cerca de la sede diplomática iraquí en la capital de Suecia, Estocolmo.
Un gran número de policías antidisturbios se han desplegado en la zona y desde la embajada sueca en Irak piden a las autoridades iraquíes que se protejan las misiones diplomáticas. Por ahora no se han registrado heridos.
A pesar de un “fuerte despliegue” de la Policía antidisturbios, los manifestantes han conseguido asaltar el edificio y prenderle fuego, según ha informado la cadena Al Arabiya.
El Ministerio de Exteriores sueco ha informado de que todos los empleados de la Embajada en la capital iraquí están a salvo, y ha recordado a las autoridades del país que es su responsabilidad proteger a las misiones diplomáticas y a su personal.
La cartera de Exteriores iraquí ha condenado “en los términos más enérgicos el incidente del incendio de la Embajada del Reino de Suecia en Bagdad, en la madrugada de hoy jueves 20 de julio de 2023. Este acto se produce en el contexto de asaltos a misiones diplomáticas y amenazas a su seguridad”, ha publicado el propio ministerio en su cuenta de Twitter.
Irak ha iniciado una “investigación urgente” y ha pedido a las autoridades tomar las medidas de seguridad necesarias e identificar a los culpables.
La embajada sueca en Bagdad ya sufrió otra irrupción el pasado 29 de junio en el marco de una manifestación convocada como protesta por la quema de un ejemplar del Corán durante una concentración en Estocolmo que había sido avalada por la Policía del país europeo.
La quema del libro sagrado del islam llevó a varios países árabes y musulmanes a llamar a consultas a sus embajadores o convocar a los representantes suecos y desató una oleada de llamamientos a favor del boicot de productos suecos, así como críticas a las autoridades del país europeo por dar autorización a la manifestación a sabiendas de que se iba a prender fuego a una copia del Corán.