Los científicos alertan de un coronavirus felino que ha matado a 300.000 gatos en Chipre: miedo a que llegue a humanos

  • Un coronavirus felino mata a 300.000 gatos en Chipre y los científicos alertan del alto riesgo para los humanos

  • Este coronavirus ya circula en Reino Unido donde ya han anunciado que realizarán pruebas a los gatos

  • Adiós a las mascarillas: el otro efecto secundario

Un coronavirus felino, llamado peritonitis infecciosa felina (PIF), ha causado la muerte de 300.000 gatos en Chipre. Se trata del mismo tipo de virus que provocó el grave brote en visones en una granja de A Coruña. Pero eso no es todo. En Polonia también se han localizado brotes dispersos de la gripe aviar H5N1 que preocupan a los científicos por dos razones. La primera, por el alcance de los dos brotes. La segunda por el alto riesgo a que estos patógenos consigan transmitirse a humanos. Gran Bretaña- donde también circula el patógeno- ya ha tomado medidas y la Asociación Veterinaria Británica ha anunciado que se realizarán pruebas a los gatos que viajen desde Chipre a Reino Unido para averiguar si se trata de una nueva cepa del virus.

La peritonitis infecciosa, a diferencia del COVID, genera problemas digestivos leves, pero en algunos gatos ha conseguido mutar y provocar una variante agresiva. Germán Quintana Diez, médico veterinario gallego, afirma estar acostumbrado a ver este tipo de coronavirus pero “considera muy raro que se produzca un brote tan generalizado como los de la gripe aviar”. “Los gatos no son animales sociales, viven en colonias separadas y los machos no suelen tener mucho contacto con otros animales”, explica. "Me preocupa que aparezcan 300.000 gatos muertos porque, o es una variante diferente a lo que normalmente vemos, o hay transmisión aérea, por aerosoles, que tiene que ser brutal para que haya transmisión entre gatos que viven en colonias separadas”, comenta.

El Doctor Gregorio Torres, director científico de la Organización Mundial de Sanidad Animal considera que "hay un cambio de paradigma reciente en la ecología y la epidemiología de la gripe aviar. Ha aumentado la preocupación mundial a medida que la enfermedad se propaga a nuevas regiones geográficas y causa enfermedades salvajes inusuales", informa The Guardian.

Pueden aparecer mutaciones que afecten a los humanos

Según Dinos Ayiomamitis, de la sociedad de Protección y Bienestar de gatos, en Chipre viven 1,2 millones de personas y un millón de gatos, de los cuales, un tercio han muerto por este coronavirus desde enero. Quintana destaca que el riesgo en humanos “es bajo, pero si aparecen 300.000 gatos muertos, significa que la transmisión del virus está descontrolada, y que la probabilidad de que aparezcan mutaciones, que potencialmente puedan afectar a los humanos, es muy alta”. Con respecto a la gripe aviar en Polonia, el veterinario destaca que los felinos que dieron positivos “eran domésticos, lo que supone que no han tenido contacto con aves silvestres”.

Elisa Pérez Ramírez, viróloga veterinaria del Centro de Investigación en Salud Animal, subraya que se trata de una “situación excepcional, en la que un virus aviar ha saltado a una especie de mamífero doméstico”. “Es difícil pensar que la única vía de transmisión fuera el contacto con aves silvestres infectadas porque al menos cinco de los gatos han permanecido en el interior durante el contagio. Es la primera vez que se produce un brote de estas características que afecta a gatos domésticos en lugares muy lejanos de un país”, escribió en su blog.

Tres posibles formas de transmisión en la gripe aviar

La Organización Mundial de la Salud afirma que se han analizado muestras de 46 gatos y un caracal (un lince africano) que estaban en cautiverio. El 63% dio positivo en la gripe aviar H5N1 y la infección se confirmó en 13 regiones de Polonia. El 54% de los felinos fallecieron: once de forma natural y 14 sacrificados. En ese mismo comunicado, la organización describe tres posibles formas de transmisión: a través del contacto directo o indirecto de gatos con aves silvestres enfermas, muertas o el medio ambiente contaminado, ingestión de aves infectadas o ingestión de alimentos contaminados por el virus.

La viróloga Ramírez determinó que ninguna de las 70 personas, que tuvo contacto directo con los gatos afectados, desarrolló síntomas respiratorios pero que “no es buena idea darle oportunidades a este virus para que se adapte a las células de los mamíferos y pruebe el salto a los humanos”. “Estamos ante la gripe aviar más grave de la historia. Necesitamos más vigilancia veterinaria, recursos para la sanidad animal y más estrategia OneHealth que nunca”, añadió.