Con Émile, los fantasmas de la región francesa de los Alpes Alta Provenza, han vuelto. Los habitantes de esta idílica región montañosa del suroeste francés reviven estos días con la desaparición del pequeño Émile los viejos y tristes recuerdos de otro niño al que la tierra se tragó para siempre en 1989. Yannis More era apenas seis mesas mayor, tenía tres años aquel dos de mayo cuando desapareció mientras jugaba con sus hermanas en la puerta de su casa en Ganagobie, a unos sesenta kilómetros de distancia de Alto Vernet.
A punto de cumplirse una semana de la desaparición de Émile, los habitantes de estos valles agrícolas y ganaderos tratan de no perder la serenidad antes estas ausencias inexplicables. Muchos se niegan a revivir el calvario de días, semanas, meses y años buscando a Yannis. Policías, militares y voluntarios rastrearon hasta la extenuación cada milímetro de esta localidad alpina francesa sin que se hallase ninguna pistas del pequeño.
Nada podía explicar la desaparición del niño hasta que 16 semanas después aparecieron las ropas que Yannis llevaba aquel día. Estaban solo a trescientos metros de distancia de su casa en una zona que ya había sido analizada y rastreada varias veces por los equipos de búsqueda. La pista, la primera en todo ese tiempo, hizo que la familia recuperase la esperanza en su localización, pero no fue así.
Treinta y cuatro años después, el paradero de Yannis es un misterio y una tacha en el impecable historial de la policía francesa. La alcaldesa de Ganagobie, Sylvie Belmonte, ha declarado al diario La Provence sobre el caso de Émile: "Nos trae muchos recuerdos. Sobre la desaparición en 1989 de Yannis More, de 3 años. Envié una pequeña nota de apoyo al alcalde de Vernet, François Balique. Yo era secretaria municipal y participé en la búsqueda para intentar encontrar al pequeño Yannis”.