Continúa la búsqueda del pequeño Émile, de dos años. Nada se sabe desde el pasado sábado, cuando pasaba unos días con sus abuelos en un pueblo de Francia. Una desaparición que mantiene en vilo a todo el país. La Policía gala ya no descarta ninguna hipótesis ni el accidente, ni el crimen.
Son cuatro días sin saber nada de Émile, al que sus abuelos dejaron jugando en el jardín de una pequeña aldea de Los Alpes. Lo perdieron de vista solo unos minutos mientras cargaban el coche para salir de viaje.
Desde entonces cientos de voluntarios han buscado al niño por los escarpados alrededores, han usado drones, un helicóptero con cámaras térmicas y se han registrado una a una las casas del pueblo.
Los investigadores no descartan ninguna hipótesis, ni la accidental ni la criminal, incluido el secuestro. No obstante, conforme pasan los días y después de haber rastreado hasta cinco kilómetros de distancia pierde fuerza la posibilidad de que el niño se hubiera extraviado en el bosque.
“No es posible que no lo hayamos encontrado, debe haber otra explicación”, ha afirmado el alcalde de Vernet, Francois Balique.
Hasta 800 personas han participado hasta ahora en la búsqueda del niño entre gendármenes, bomberos y voluntarios.
Dos personas lo vieron por última vez en el pueblo, una localidad de los Alpes franceses de solo 25 habitantes.
La investigación está en una nueva fase. Ahora ya solo buscan a Émile policías y militares especializados y están rastreados las conexiones telefónicas del día de la desaparición del niño.