La desaparición del pequeño Emile en los Alpes franceses comienza a guardar muchas similitudes con el "caso Madeleine". El dispositivo que ha rastreado casi 100 hectáreas de terreno alrededor de la casa de campo en la que residía junto a su familia en la aldea de Alto Vernet, ha prolongado veinticuatro horas las labores de búsqueda que han sido definitivamente suspendidas.
La presión de los medios de comunicación y el aumento de bulos y noticias falsas ha obligado a la policía gala a desmentir que la familia fuese la principal sospechosa del pequeño de dos años y medio como ya ocurrió en su día con los padres de de Madeleine.
La falta de pistas que expliquen cómo Émile, de solos dos años y medio, pudo salir sin ser visto de su casa familiar en la que, al menos, había diez personas adultas, ha disparado todos los fantasmas sociales. Muchos ya hablan de las similitudes de este caso con el de Madeleine McCann, la niña británica de casi cuatro años que desapareció el 3 de mayo de 2007 mientras dormía en un apartamento de vacaciones de un centro turístico del Algarve, en Portugal.
Otra de las líneas de investigación con las que trabajan los expertos franceses son las numerosas llamadas recibidas para aportar información sobre el caso como ocurrió con Maddie. Entre estas comunicaciones destacan las realizadas por videntes o médiums que aseguran saber dónde está Émile, qué paso con él, quién lo tiene o dónde está su cadáver. Los investigadores separan realidad y ficción. Jacques Dallest es ex fiscal general del Tribunal de Apelación de Grenoble y reconoce al diario Liberation que nunca se escuchan a este tipo de personas a no ser que se verifique su proximidad con el lugar del suceso.
Si a Madeleine pareció habérsela tragado la tierra, al pequeño Émile no hay quien explique cómo ha podido desaparecer y cómo es posible que el rastreo con perros especializados no haya dado ninguna pista por el momento sobre su parecido.
En Informativos Telecinco informamos este jueves que Le Figaro recogía entre las hipótesis con las que trabaja la policía la posibilidad de que Émile hubiese llegado andando hasta alcanzar la carretera D900 que pasa cerca de la aldea de Alto Vernet. Se trata de una vía muy transitada en esta época de veraneantes y las investigaciones tratan de identificar qué personas o vehículos transitaron durante un momento determinado en ese punto. Un trágico accidente y la ocultación del cuerpo estarían detrás de esta terrible posibilidad. Algo que también se relaciona con un secuestro como pasó en el caso de Madeleine, aunque en todos estos años, la investigación de la policía portuguesa, británica y de otros cuerpos no haya podido demostrar.
Por el momento, los investigadores de la policía francesa de Marsella, apoyados por equipos venidos de todo el país, ha comenzado a analizar la ingente cantidad de información acumulada durante estos cinco días de rastreo y seguimiento. Hay pistas que, en un primer lugar, apuntaban a una tragedia accidental, como los restos de sangre hallados en un vehículo todoterreno perteneciente a un vecino de Alto Vernet. Los análisis posteriores demostraron que pertenecían a un animal.
Francia se está volcando con el caso e intenta no pensar en lo peor. Para ello, los 600 agentes del Instituto de Investigaciones Criminales de la Gendarmería Nacional colaboran para encontrar a Émile o, en su caso, indicios que lleven a una explicación de lo que le ha ocurrido al pequeño. Hay que recordar que este prestigioso cuerpo policial fue el responsable de hallar restos de sangre en el coche del exmilitar francés Nordahl Lelandais, lo que permitió su detención y condena por el asesinato de Maëlys, una niña de nueve años que desapareció sin dejar rastro a finales de agosto de 2017 durante la celebración de una boda en el sureste de Francia.